Valencia es un lugar que muchos conocen, pero sus alrededores un poco menos conocidos, son también maravillosos para recorrer. A pocos minutos en coche, existen auténticas joyas escondidas que, sin hacer demasiado ruido, enamoran a quien las descubre. Uno de estos rincones, con sabor marinero, calles tranquilas y una luz que parece sacada de una postal, es El Perelló. Situado entre la ciudad y Cullera, este pequeño enclave costero conserva ese aire de pueblo mediterráneo que tanto se echa de menos en algunos puntos masificados del litoral.
El Perelló ha sabido mantener su esencia sin renunciar a las comodidades de un destino vacacional. Con sus playas amplias, su paseo marítimo sereno y su cercanía a la Albufera, este rincón costero se ha convertido en un refugio para quienes buscan paz, belleza y buena gastronomía. Si estás en Valencia y aún no has puesto un pie en sus arenas doradas, es momento de descubrir por qué este lugar tiene una magia especial.
2Disfruta de una experiencia gastronómica con sabor a mar y huerta
Uno de los secretos mejor guardados de El Perelló es su oferta gastronómica. Al estar tan cerca de la Albufera, la calidad del arroz es indiscutible, y no faltan restaurantes donde saborear una auténtica paella valenciana, sin aditivos turísticos. Pero además, el producto estrella del pueblo es el tomate, especialmente el de temporada, que aquí alcanza cotas de sabor difíciles de encontrar en otros lugares.
Valencia presume de cocina, pero pocos rincones como este ofrecen una combinación tan perfecta de mar y huerta. En los pequeños bares junto al puerto o en las terrazas con vistas al mar, se pueden probar calamares frescos, tellinas o clóchinas acompañadas de un vino blanco de la tierra. Comer en El Perelló no es solo alimentarse, es una experiencia sensorial que refleja lo mejor del estilo de vida valenciano.
