Valencia es un lugar que muchos conocen, pero sus alrededores un poco menos conocidos, son también maravillosos para recorrer. A pocos minutos en coche, existen auténticas joyas escondidas que, sin hacer demasiado ruido, enamoran a quien las descubre. Uno de estos rincones, con sabor marinero, calles tranquilas y una luz que parece sacada de una postal, es El Perelló. Situado entre la ciudad y Cullera, este pequeño enclave costero conserva ese aire de pueblo mediterráneo que tanto se echa de menos en algunos puntos masificados del litoral.
El Perelló ha sabido mantener su esencia sin renunciar a las comodidades de un destino vacacional. Con sus playas amplias, su paseo marítimo sereno y su cercanía a la Albufera, este rincón costero se ha convertido en un refugio para quienes buscan paz, belleza y buena gastronomía. Si estás en Valencia y aún no has puesto un pie en sus arenas doradas, es momento de descubrir por qué este lugar tiene una magia especial.
3Un lugar para conectar con la naturaleza
Más allá del mar y de la comida, El Perelló invita a bajar el ritmo. Desde su paseo marítimo, que conecta con las primeras dunas del parque natural de la Albufera, hasta los senderos que bordean la costa, cada paso es una oportunidad para reencontrarse con el entorno. Valencia tiene muchos puntos verdes, pero pocos ofrecen esa fusión tan armónica entre agua salada, cañas al viento y cielos que arden al caer la tarde.
La cercanía con la Albufera convierte este rincón en un paraíso para quienes disfrutan de la observación de aves, las rutas en bici o los paseos en barca. Desde aquí se pueden organizar escapadas cortas al corazón del parque, con guías locales que explican la historia y la riqueza natural de la zona. Si buscas en Valencia un destino que ofrezca playa, autenticidad y silencio, El Perelló es, sin duda, la respuesta.
