sábado, 31 mayo 2025

Aprende a hacer la crema catalana, el clásico postre con un giro especial que tus invitados amarán

La crema catalana es uno de esos postres que, con solo mencionarlo, evocan recuerdos de sobremesas en familia y celebraciones tradicionales en tierras catalanas. Con su textura sedosa, su delicado sabor a cítricos y canela, y ese crujiente toque de azúcar caramelizado en la superficie, no es de extrañar que este clásico de la repostería siga siendo un favorito generación tras generación. Sin embargo, lejos de quedarse anclado en la tradición, la crema catalana se presta a reinterpretaciones sutiles que la actualizan sin traicionar su esencia.

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Hoy, se propone una receta que respeta la base de la crema catalana de siempre, pero incorpora un giro especial que sorprenderá a quienes la prueben. Se trata de un detalle aromático diferente, fácil de aplicar y que eleva el resultado final, haciendo de este postre una propuesta ideal para cenas con invitados o momentos en los que se quiere dejar huella. Prepararla en casa es más sencillo de lo que parece, y con ingredientes al alcance de cualquiera, se puede lograr una versión digna de los mejores restaurantes.

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Paso a paso para una crema catalana perfecta

Fuente: Freepik

La preparación comienza calentando la leche con la canela, la piel de limón y la vainilla o el agua de azahar. Una vez alcanza el punto de ebullición suave, se retira del fuego y se deja reposar para que los aromas se infusionen bien. Mientras tanto, se baten las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina, a la que se añade la maicena disuelta en un poco de leche fría. Esta base será la responsable de darle cuerpo a la crema catalana sin necesidad de usar nata.

Se vuelve a poner la leche al fuego, incorporando la mezcla de huevos sin dejar de remover. A fuego lento y con paciencia, se espesa poco a poco hasta alcanzar una consistencia cremosa. Una vez lista, se vierte en cazuelitas de barro y se deja enfriar primero a temperatura ambiente, luego en el frigorífico durante al menos dos horas. Justo antes de servir, se espolvorea azúcar por encima y se carameliza para formar esa irresistible capa crujiente.

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