Las empanadas gallegas son, sin duda, una de las joyas de la gastronomía del norte de España. Este manjar, que evoca tradición y sabor, se ha convertido en un imprescindible tanto en las mesas familiares como en celebraciones populares. Ya sea en una romería o en un día de playa, las empanadas gallegas siempre son bienvenidas, con esa masa inconfundible y ese relleno jugoso que despierta los sentidos. Se pueden comer frías o calientes, y acompañadas de un vino blanco o una cerveza fría, se convierten en una auténtica delicia.
El encanto de las empanadas gallegas reside también en su versatilidad. Se preparan con ingredientes que varían según la temporada y la imaginación del cocinero. Las más tradicionales son las de bonito con pimientos, pero también se encuentran de zamburiñas, vieiras, bacalao con pasas, carne, chorizo, mejillones o verduras. Y lo mejor es que todas, absolutamente todas, tienen un sabor que transporta directamente a Galicia, con sus rías, su mar y sus cocinas de leña.
1Ingredientes para unas deliciosas empanadas gallegas

Para hacer unas auténticas empanadas gallegas, hay que empezar con una buena masa. Aunque algunos optan por comprarla hecha, nada como elaborarla en casa con harina de trigo, agua templada, levadura fresca, aceite de oliva del sofrito y una pizca de sal. Esta masa debe quedar elástica y suave, fácil de trabajar pero con cuerpo, porque será la encargada de envolver toda esa explosión de sabor que viene dentro.
En cuanto al relleno, las opciones son infinitas. Las empanadas gallegas más populares suelen llevar cebolla pochada, pimiento rojo y verde, y tomate natural, todo ello cocinado lentamente hasta conseguir un sofrito meloso. A eso se le añade el protagonista, que puede ser bonito en conserva, mejillones al vapor, vieiras troceadas o incluso chorizo gallego. Todo vale si se hace con cariño. Eso sí, conviene reservar un poco del aceite del sofrito para darle a la masa ese color dorado y ese sabor tan característico.