Si el relato de las propias virtudes no es suficiente para salvar tu empresa entonces ataca a quienes enseñan tus vergüenzas, bien sea ante un Tribunal de Justicia, en un medio de comunicación o durante una operación policial. Es lo que debió pensar Alejandro Hamlyn López-Tapia, Álex para sus amigos. Hamlyn es un empresario vasco, huido a Dubai, y famoso a su pesar desde que trascendió su reunión con Leíre Díez Castro, considerada «fontanera» del PSOE, con el empresario Javier Pérez Dolset y el abogado Jacobo Teijelo. El empresario, criado en la cantera de Neguri por su abuelo, aseguraba en esas conversaciones tener pruebas de la mala praxis del teniente coronel de la UCO que, primera casualidad de todas las que se dan en este asunto, cuando era comandante desarticuló una organización a cuya cabeza figuraba. Son 53 minutos de reunión que hay que seguir atentamente.
Leire Díez, la «fontanera» del PSOE, dice en un momento determinado a Alejandro Hamlyn que «has sido víctima de la Camorra, de la Camorra de la Guardia Civil» y «te lo voy a resumir así de claro. Ni en unos hidrocarburos es todo lo que hay, ni hay todo lo que es, ¿vale? Lo que no se puede permitir es que paguen justos por pecadores y que esto sea una trama organizada. O sea, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no están para extorsionar ciudadanos en este país» y añade que «lo que yo no tengo ninguna gana de que pase es que el señor Antonio Balas se convierta en verdugo de todos y de momento lo que está haciendo es convertirlos a todos en presos y carceleros de él. Eso es lo que hay que desmontar».
Yo hago el trabajo no hay problema, tengo gente infiltrada dentro de su organización. Pero yo necesito algo serio, tengo que contratar a mucha gente, operativos, voy a pedir un mes más y la fiscal me lo da sin problemas hasta abril», dice el empresario desde Dubái.
Y explica que «yo no me puedo, o sea, si me muevo, me voy a mover fuerte y voy a sacar la verdad y voy a infiltrar a la gente y voy a hacer muchas cosas, necesito tiempo, yo hago el trabajo, no hay problema, tengo gente infiltrada ahora mismo dentro de su organización, pero necesito tiempo, necesito algo serio, si yo hago esto, que lo voy a hacer, y os aseguro que lo hago y lo saco, eso que no es que para ninguna duda».
El empresario vasco incluso nombra a un ex teniente general que ahora tiene contratado en su empresa, Arturo Espejo, que «es el Director de Seguridad ahora mismo de mi compañía, desde hace tres meses». Según Hamlyn, Espejo estuvo destinado en Antiterrorismo y en temas de Ciberseguridad.
Leire Díez durante un momento dice que «no necesito a todo el mundo ahora, necesito a Balas». A lo que el empresario responde: «¿Qué me ofreces encima de la mesa? Vamos a abreviar todo». Entonces Díez llega a decirle que «si tú has pagado diez millones que no hubieras debido de pagar porque esto se ha hecho así, pues tendrás la posibilidad de recuperarlos» e incluso llega a decir que «la Foral (Hacienda vasca), la Foral, como tú bien sabes, es mundo aparte. Hablaremos con ellos» y añade que «hablaremos con ellos. Pero esto es otra negociación y para que esa negociación yo la pueda empezar, necesito que esta pieza funcione».
Y luego durante un momento Leire Díez llega a decir que «no tenemos una metralleta y no tenemos disparos (…) Pero hay que intentar que con un disparo mates 15. No sé si me estoy explicando». Se refiere Díez a que necesita pruebas muy concretas para destruir la fama de la UCO y a personas muy concretas con nombres y apellidos».
EL FISCAL GRINDA
En otro momento de la conversación, Leire Díez le pide aclaración sobre el fiscal Anticorrupción José Grinda: «Hay que intentar que con un disparo mates 15. No sé si me estoy explicando. Hay una cosa que me interesa que me la aclares bien, porfa. Y es el tema Grinda. Porque efectivamente a mí me llama mucho la atención que esto caiga en Rosana (fiscal anterior) y no en Grinda».
También el empresario vasco aprovecha para aclarar y resumir los asuntos: «Eso ya es un tema que tenemos ya que poner cosas por encima de la mesa con papel y boli. Y empezamos ya tranquilamente y tendremos otra reunión. Ahora necesitamos poner todo en papel. Y creo que lo deben de entender. Vamos a poner todo en black and white. Yo tengo a Arturo también. Arturo es mi abogado. Él ha sido abogado de mi familia. Necesito que nos pongamos todos. Yo me pongo a trabajar. Ya os digo» y añade que «yo quiero un papelito firmado. Siento que… Yo quiero un papel firmado. Yo quiero algo. Yo las cosas las hago… Yo soy un empresario. Yo no trabajo para el Estado, trabajo para mi».
Asimismo, le pidieron que cambiase a su abogado actual, José Antonio Choclán, por Jacobo Teijelo, presente en la reunión. Luego el empresario asegura conocer qué empresa es la que tienen Víctor de Aldama y Delcy Rodríguez en Ginebra para importar, supuestamente, petróleo de Venezuela.
Hamlyn acaba diciendo que «no me comparéis con Aldama, porque Aldama me hace los recados a mi».
INTERVENCIÓN DE LA UCO
El 22 de marzo de 2019 una decena de guardias civiles de la UCO entraba en Torre Espacio, uno de los rascacielos de oficinas más conocidos de Madrid. Su objetivo era registrar la sede del Grupo Hafesa, propiedad de Hamlyn y formado por una veintena de sociedades, cuyos nombres apenas cambian una palabra, como Hafesa Energía, Hafesa Distribución Oil, Hamlyn Participaciones, Hafesa Energía, Grupo Fiscal, DBA Motril Port, Gasolineras Amistad, Hafesa Oil, Hafesa Distribución Oil S. XXI, DBA BIlbao Port, Grupo Hafesa Suministros Eléctricos, EESS Marismas.
Esas son las más conocidas. Las menos conocidas eran Ala Solutions, AHX International Oil, Hafesa Suministros de Hidrocarburos, Hafesa Logística, DBA La Mancha, Developing Business Trading, Hafesa New Business, Hafesa Distribución de Hidrocaburos, New Services HLT y Macba Tax Management and Consulting.
Al mismo tiempo, los hombres del comandante Antonio Balas entraban en un despacho de la madrileña calle Velázquez y en varias oficinas de Castellón, Valencia, Alicante y Gerona.
Era el comienzo de la Operación Drake, una larguísima investigación iniciada en 2015 y liderada entonces por el comandante Antonio Balas, ahora teniente coronel, junto a la Agencia Tributaria. Buscaban pruebas contra empresas operadoras de hidrocarburos que no pagaban el IVA correspondiente, en este caso eran 154 millones de euros. Antes de la trama Hidrocarburos de Aldama y Rivas, de 180 millones de euros, la Operación Drake fue la más importante que se llevó a cabo en España. Se saldó con 21 detenidos, entre ellos, Alejandro Hamlyn y su hombre de confianza, el consejero delegado José Norberto Uzal, considerados los principales cabecillas de la trama. Ellos dos junto a otras trece personas se sentaban este lunes en un banquillo de la Audiencia Nacional.
INCAUTACIONES DE LOS BIENES DE HAMLYN
Entre los detenidos había personas imputadas en otras operaciones de la lucha contra el fraude del mismo sector. La UCO se incautó de 2 millones de litros de combustible que acababan de llegar en un petrolero a puerto, de 61 vehículos de alta gama y 2 barcos de lujo, y se bloquearon 350 cuentas bancarias y 155 inmuebles, estos últimos valorados en unos 50 millones de euros. En dinero en efectivo los agentes de la UCO encontraron un millón de euros aproximadamente, guardados en cajas fuerte e incluso en una motocicleta.
La trama se apoyaba, para el juez Calama, que instruyó aquella causa, en una «red de sociedades mercantiles, que en realidad eran empresas instrumentales que operaban como satélites de Hafesa Energía» para llevar a cabo un presunto fraude «utilizando la cantidad correspondiente al impago del impuesto como margen comercial de la sociedad instrumental». Es decir, no pagar el IVA, pero sí repercutirlo en las ventas realizadas fuera del depósito fiscal.
El magistrado Calama señaló en su auto de procesamiento, dictado en 2021 contra 15 imputados, que las cuotas defraudadas en estas sociedades «han sido sometidas a un proceso de blanqueo de capitales por un total de 46,5 millones de euros, de los cuales aparece identificada la finalidad última respecto de casi 30 millones». Esta cantidad fue destinada a la compra de criptomonedas, transferencias al extranjero, retiradas de efectivo, compra de vehículos (1,95 millones), cheques y talones (1,52 millones de euros) e inversión en otras empresas.
La trama exigía el pronto pago del IVA, pero luego presuntamente no lo ingresaba en Hacienda. Para ello usaban incluso facturas falsas o declaraciones de ventas inferiores a las reales. La UCO llegó a recoger en su informe para la Audiencia Nacional que llegaban a facturar «miles de millones de euros en un solo año». Operaron entre 2016 y 2019 hasta que fueron detenidos.
Además, cuando Hacienda detectaba el fraude, la sociedad desaparecía y dejaba la misma a nombre de un solo administrador, que en muchas ocasiones no sabía absolutamente nada del negocio de la gasolina, algo que ha sucedido tambíén en el Caso Hidrocarburos.
DESTINO DEL DINERO DE HAMLYN
Pero ¿dónde acabó tanto dinero? Los agentes comprobaron que ese dinero se derivó en la compra de inmuebles, invertidos en criptomonedas o evadidos a cuentas de terceros países. Durante la Operación Drake, la UCO y la Agencia Tributaria investigaron hasta 292 sociedades y a 150 personas, además de 1.085 cuentas bancarias.
Hamlyn es ahora uno de los querellados por VOX, junto a Leire Díez Castro, Javier Pérez Dolset, y el abogado Jacobo Teijelo por posibles delitos de cohecho, tráfico de influencias y obstrucción a la Justicia.
La querella de VOX presentada el mismo lunes que se publicaron los datos, se basa en unos audios publicados por El Confidencial y ahora en poder de MONCLOA, en los que «la exdirectiva socialista Leire Díez, se escuchan frases como «tengo una cosa… con una cosa que te dé (de Balas) ya está, está muerto» o «si se demuestra esto de Balas todo lo demás viene dado».
Vox también recoge en su querella que «, que recogía que «Leire Díez y varios empresarios juzgados en tramas como la de hidrocarburos de fraude habrían tratado de obtener documentación incriminatoria contra el coronel Balas a cambio de eventuales beneficios procesales». Hamlyn respondía en esa charla que estaba dispuesto a colaborar con el PSOE, pero quería que le garantizaran por escrito algún tipo de compromiso que aliviara su situación judicial. «Quiero un papelito», llegó a decir.
Esa conversación tuvo lugar en febrero de este mismo año, pero ha tardado tres meses en conocerse, precisamente, otra casualidad, justo cuando comenzaba el juicio contra él en la Audiencia Nacional. Mientras, Hamlyn desde Dubái insistía en su inocencia y sus problemas fiscales a sus interlocutores: «Pero necesito saber qué pasa con mi tema, que estoy pagando un tema que yo no he montado, yo no he robado, yo no me he llevado ni un euro de nada. Me ha costado 60 millones de euros con la Hacienda foral ¿Qué pasa con todo ese dinero que debo a la Foral? ¿Qué pasa con todo ese dinero que me he gastado? ¿Qué pasa con mi honor, eh? ¿Qué pasa con esas cosas?».
En cualquier caso, Alejandro Hamlyn López-Tapia pidió permiso al juez para ir a Dubái en viaje de negocios mientras llegaba el juicio, que tenía previsto comenzar este martes. Pero, caprichos del destino, Hamlyn no llegó a presentarse este martes en la Audiencia porque está retenido en Dubái, por una reclamación de cantidad a la que al parecer no ha hecho frente, un travel band por 3.000 euros. Su abogado ha asegurado que este hecho era transitorio y que él continuaría con su representación si comenzaba el juicio. Pero, de momento, la Audiencia Nacional lo ha suspendido hasta el 20 de junio y si entonces no está en España lo pondrá en busca y captura.
La suspensión parece que llega justo a tiempo, porque la Fiscalía Anticorrupción pide para Hamlyn 60 años de prisión al considerarle el cerebro de la trama. Tanto él como su consejero delegado, José Norberto Uzal, se enfrentan a una acusación por 14 delitos, como fraude fiscal, organización criminal en su modalidad agravada de dirección, promoción y coordinación, y blanqueo de capitales. También ha llegado a tiempo, otra de las casualidades en este caso y ya van varias, el aplazamiento de la deuda de Hafesa, de 225 millones de euros, con la Hacienda de Vizcaya.