Bilbao no solo es sinónimo de modernidad, arte y gastronomía de vanguardia. También es la puerta de entrada a rincones que parecen detenidos en el tiempo, donde las piedras cuentan historias de siglos y los paisajes evocan épocas pasadas. A escasos minutos del bullicio urbano, el visitante puede encontrarse inmerso en un enclave histórico que parece sacado de un libro de historia, sin necesidad de emprender largos viajes ni abandonar el País Vasco.
Este entorno, que muchos locales conocen pero que aún es un secreto para muchos turistas, ofrece la experiencia de caminar entre murallas medievales, escuchar el eco de antiguas leyendas y respirar el aire puro de la naturaleza que rodea a este enclave. Así, Bilbao se presenta no solo como un destino en sí mismo, sino también como punto de partida ideal para redescubrir la historia a través de una excursión que mezcla cultura, patrimonio y paisajes inolvidables.
3Naturaleza, senderismo y aire puro a un paso de la ciudad

Bilbao ofrece muchas cosas, pero para quienes buscan una conexión con la naturaleza, este enclave histórico es también un paraíso verde. Los alrededores de Balmaseda están repletos de rutas de senderismo, caminos entre bosques y miradores que permiten contemplar la belleza del Valle de Encartaciones. La cercanía a la ciudad permite escapadas de un solo día sin renunciar al confort ni a las comodidades urbanas.
Ya sea en bicicleta, a pie o incluso a caballo, explorar esta zona a través de sus senderos es una forma magnífica de desconectar del estrés diario. Además, muchos de estos recorridos terminan en tabernas tradicionales donde se puede degustar la auténtica gastronomía vasca. Así, Bilbao se convierte en el punto de partida perfecto para quienes desean alternar cultura, historia y naturaleza sin tener que viajar lejos ni complicarse con grandes desplazamientos.