El verano se acerca y con él llega la eterna pregunta que se hacen miles de españoles cada año: ¿cuál es la mejor forma de ponerse en forma? Entre las modalidades de entrenamiento que más furor causan actualmente, el CrossFit se ha consolidado como una de las opciones más populares, pero no es la única que promete resultados espectaculares. Su competidor directo, Hyrox, ha irrumpido en el panorama fitness nacional con una propuesta que combina carrera y ejercicios funcionales de una manera completamente diferente.
La decisión entre estas dos disciplinas no debería tomarse a la ligera, especialmente cuando el objetivo es lucir el mejor físico posible en los meses de calor. Ambas metodologías tienen sus particularidades, beneficios y desafíos únicos que pueden marcar la diferencia entre alcanzar los resultados deseados o frustrarse en el intento. La clave está en entender qué ofrece cada una y cuál se adapta mejor al perfil, objetivos y circunstancias de cada persona.
2DIFERENCIAS FUNDAMENTALES EN LA ESTRUCTURA Y METODOLOGÍA
La diferencia más notable entre ambas disciplinas radica en su estructura y predictibilidad. El CrossFit se caracteriza por su variabilidad extrema, donde nunca se sabe qué tipo de entrenamiento tocará cada día. Un día puede incluir levantamiento de pesas olímpicas, al siguiente ejercicio gimnástico en anillas, y al tercero una combinación de sprints con movimientos funcionales. Esta constante variación mantiene la mente alerta y los músculos en constante desafío.
Hyrox opera bajo un principio completamente opuesto: la estandarización total. Quienes se preparan para esta disciplina saben exactamente qué ejercicios van a realizar y en qué orden, lo que permite una preparación mucho más específica y medible. Esta predictibilidad facilita el seguimiento del progreso y la planificación del entrenamiento, pero puede resultar menos estimulante mentalmente para quienes disfrutan de la sorpresa y variabilidad del CrossFit.
