La fideuá valenciana es una de esas joyas gastronómicas que no necesitan presentación en la costa levantina. Nacida en las cocinas de los pescadores de Gandía, esta receta ha sabido ganarse un lugar privilegiado en el recetario tradicional gracias a su intensidad, su aroma marinero y, sobre todo, a su capacidad de reunir a la familia y a los amigos en torno a una buena mesa. A diferencia de la paella, con la que suele compartir protagonismo en las cartas de los restaurantes, la fideuá valenciana se prepara con fideos gruesos en lugar de arroz, lo que le da una textura única y una capacidad especial para absorber todo el sabor del mar.
Lo más fascinante de la fideuá valenciana es que, pese a su aspecto sofisticado, es sorprendentemente sencilla de preparar en casa. No hace falta ser un chef profesional para conseguir un resultado espectacular, basta con ingredientes frescos, una buena base de caldo y respetar los tiempos. Esta receta, que huele a Mediterráneo y tiene el color del sol valenciano, es perfecta tanto para un domingo en familia como para sorprender en una cena con amigos.
2Preparación paso a paso con sabores de mar y tierra

La elaboración de la fideuá valenciana comienza con el sofrito. En una paella o sartén amplia, se sofríen la cebolla y el ajo hasta que estén bien dorados. Luego se añaden los calamares y la sepia troceados, que se cocinan hasta que suelten su jugo. En ese momento se incorpora el tomate triturado y, tras unos minutos de cocción, el pimentón. Este paso es crucial, ya que concentra los aromas y crea la base perfecta para los fideos.
Cuando el sofrito esté bien integrado, se añaden los fideos y se rehogan brevemente para que cojan sabor. A continuación, se vierte el fumet caliente y se colocan por encima las gambas y los mejillones. La cocción debe hacerse a fuego medio-alto durante unos 10 minutos, y luego se baja el fuego para que los últimos minutos sirvan para que los fideos absorban todo el caldo y terminen de cocerse. No se remueve durante la cocción, para que se forme esa fina capa dorada en el fondo, llamada “socarrat”, que tanto se aprecia.