A nadie le gusta la incertidumbre que se siente cuando la fecha de la ITV se acerca y queda poco margen de maniobra para ajustar cualquier detalle que pueda dar problemas. Lo que muchos conductores no sospechan, incluso después de años al volante, es que algunos fallos considerados menores en la ITV pueden salirles muy caros, tanto en tiempo como en dinero si no se solucionan a tiempo y la DGT decide intervenir antes.
La palabra clave “ITV” sobrevuela estas semanas en muchas conversaciones, sobre todo cuando surge la típica revisión anual o bienal que no deja respiro a despistados ni rezagados. Resulta sorprendente la cantidad de personas que, confiadas y sin darle importancia, llegan a la estación con alguna luz fundida, creyendo que se trata de un detalle menor que no pondrá en jaque la revisión y terminará siendo solo una anécdota sin trascendencia.
4PREVENIR ANTES DE LA ITV: LA MEJOR GARANTÍA DE ÉXITO
La ITV no perdona ni los despistes más inocentes, así que adoptar la costumbre de revisar todas las luces antes de la cita es la forma más sencilla de evitar disgustos, tanto para superar el trámite como para ahorrarse la pérdida de tiempo que supone regresar por un fallo evitable. Cambiar una bombilla de luz de freno, intermitente o posición es sencillo, económico y, sobre todo, una prueba de responsabilidad con tu seguridad y la del resto.
No hay que esperar a recibir el informe con el famoso “defecto leve” para actuar, ni mucho menos cruzar los dedos esperando que nadie del personal de la ITV repare en una bombilla que no funciona. Si la DGT se cruza en tu camino antes de arreglarlo, la sanción está servida y dejarlo al azar simplemente no merece la pena. Mejor salir de la estación con la tranquilidad de haber pasado la ITV en regla desde el primer intento.
