domingo, 1 junio 2025

El nuevo Bizum para autónomos: así vigila Hacienda tus cobros y qué puedes hacer para evitar disgustos

La comodidad se ha convertido en una moneda de cambio tan valorada como el propio euro en la era digital, y en ese contexto, herramientas como el popular sistema de pagos instantáneos han revolucionado nuestras transacciones cotidianas. Lo que comenzó como una forma ágil de saldar pequeñas deudas entre amigos o familiares, Bizum, ha escalado posiciones hasta convertirse en un método de cobro habitual para muchos profesionales por cuenta propia, planteando nuevas dinámicas y, cómo no, nuevas formas de escrutinio por parte de la Agencia Tributaria. El autónomo español, siempre en el alambre de la burocracia y las obligaciones fiscales, se encuentra ahora ante la tesitura de integrar esta herramienta en su facturación de manera correcta, porque la línea entre un simple envío de dinero y un ingreso profesional sujeto a IVA e IRPF es más fina de lo que parece y Hacienda tiene la lupa bien puesta.

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La facilidad con la que se mueve el dinero a través de estas plataformas es directamente proporcional a la facilidad con la que la información puede llegar a manos de quien no debe, o mejor dicho, de quien debe velar por el cumplimiento de las normativas fiscales. No se trata de demonizar una herramienta que, sin duda, ha simplificado la vida a millones de usuarios y ha agilizado los cobros para muchos pequeños negocios, pero sí de poner sobre la mesa las implicaciones que su uso profesional conlleva. La cuestión no es si Hacienda vigila Bizum, sino cómo lo hace y qué pueden hacer los autónomos para que este aliado tecnológico no se transforme en una fuente de problemas con el fisco, especialmente cuando los ingresos son recurrentes y claramente vinculados a una actividad económica.

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LA LUPA DE HACIENDA SOBRE LOS INGRESOS DIGITALES: ¿QUÉ BUSCA REALMENTE EL FISCO?

Fuente Pexels

El interés de la Agencia Tributaria en los pagos realizados mediante Bizum no es un capricho ni una medida aislada, sino que se enmarca dentro de una estrategia más amplia de lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida, que aprovecha cualquier resquicio para operar al margen de la legalidad. Lo que Hacienda busca es la coherencia entre los ingresos declarados por los autónomos y su actividad real, detectando posibles discrepancias que puedan indicar la ocultación de rentas, independientemente del método de cobro empleado. Los bancos están obligados a informar a Hacienda de movimientos sospechosos o de grandes cuantías, y aunque los pequeños pagos por Bizum puedan parecer insignificantes de forma aislada, la suma de muchos de ellos puede levantar alertas si no se corresponden con lo facturado y declarado.

La tecnología que facilita estos pagos también facilita su rastreo, y los cruces de datos entre diferentes fuentes de información son cada vez más sofisticados. Hacienda puede solicitar información a las entidades bancarias sobre los movimientos asociados a un NIF concreto, y si detecta un patrón de ingresos recurrentes a través de Bizum que no se ven reflejados en las declaraciones de IVA o IRPF, es muy probable que inicie un procedimiento de comprobación. No se trata tanto de la cantidad individual de cada pago, sino de la regularidad y el volumen total de ingresos percibidos por esta vía que puedan sugerir una actividad económica no declarada o insuficientemente declarada, lo que enciende las alarmas del sistema de control tributario.

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