martes, 3 junio 2025

El nuevo Bizum para autónomos: así vigila Hacienda tus cobros y qué puedes hacer para evitar disgustos

La comodidad se ha convertido en una moneda de cambio tan valorada como el propio euro en la era digital, y en ese contexto, herramientas como el popular sistema de pagos instantáneos han revolucionado nuestras transacciones cotidianas. Lo que comenzó como una forma ágil de saldar pequeñas deudas entre amigos o familiares, Bizum, ha escalado posiciones hasta convertirse en un método de cobro habitual para muchos profesionales por cuenta propia, planteando nuevas dinámicas y, cómo no, nuevas formas de escrutinio por parte de la Agencia Tributaria. El autónomo español, siempre en el alambre de la burocracia y las obligaciones fiscales, se encuentra ahora ante la tesitura de integrar esta herramienta en su facturación de manera correcta, porque la línea entre un simple envío de dinero y un ingreso profesional sujeto a IVA e IRPF es más fina de lo que parece y Hacienda tiene la lupa bien puesta.

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La facilidad con la que se mueve el dinero a través de estas plataformas es directamente proporcional a la facilidad con la que la información puede llegar a manos de quien no debe, o mejor dicho, de quien debe velar por el cumplimiento de las normativas fiscales. No se trata de demonizar una herramienta que, sin duda, ha simplificado la vida a millones de usuarios y ha agilizado los cobros para muchos pequeños negocios, pero sí de poner sobre la mesa las implicaciones que su uso profesional conlleva. La cuestión no es si Hacienda vigila Bizum, sino cómo lo hace y qué pueden hacer los autónomos para que este aliado tecnológico no se transforme en una fuente de problemas con el fisco, especialmente cuando los ingresos son recurrentes y claramente vinculados a una actividad económica.

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AUTÓNOMO PREVENIDO VALE POR DOS: LA IMPORTANCIA DE DECLARAR CORRECTAMENTE LOS BIZUM

Fuente Pexels

Ante este panorama, la mejor defensa para el autónomo es la transparencia y el cumplimiento escrupuloso de sus obligaciones fiscales, también con los ingresos recibidos por Bizum. Cada cobro que corresponda a la prestación de un servicio o la venta de un producto debe ser tratado como cualquier otro ingreso de la actividad económica: se debe emitir la factura correspondiente, aplicar el IVA si procede, y registrarlo en los libros contables, para posteriormente incluirlo en las declaraciones trimestrales y anuales. Esta práctica no solo evita problemas con Hacienda, sino que también proporciona una imagen de profesionalidad y seriedad ante los clientes. La clave está en no diferenciar el origen del cobro a efectos fiscales; un euro es un euro, venga por donde venga.

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Ignorar esta realidad o intentar acogerse a la supuesta informalidad del Bizum para eludir impuestos es una estrategia arriesgada y, a la larga, perjudicial. Las sanciones por no declarar ingresos pueden ser cuantiosas, incluyendo intereses de demora y recargos que pueden poner en jaque la viabilidad del negocio. Por ello, es fundamental que los autónomos se asesoren correctamente y establezcan un sistema claro para identificar y registrar todos los cobros profesionales realizados a través de esta plataforma, integrándolos plenamente en su gestión fiscal y contable habitual. La tranquilidad de saber que se está haciendo lo correcto no tiene precio, especialmente en un entorno tan vigilado.

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