Hay gestos simples que pueden cambiar el ritmo de nuestro día, y uno de los más sorprendentes es el ejercicio de respiración consciente. En el bullicio constante de la vida moderna, donde el estrés acecha en cada esquina, la respiración puede convertirse en un auténtico salvavidas. Mucho se habla de técnicas milagrosas o de rutinas imposibles de mantener, pero existe una práctica concreta que, con sólo un minuto de dedicación, puede bajar la tensión arterial de forma inmediata. No requiere más que voluntad y atención, y lo mejor de todo: puedes realizarla en prácticamente cualquier lugar.
Entre la vorágine de obligaciones y sobresaltos diarios, la respiración tradicionalmente pasa desapercibida, a pesar de que guarda la clave para equilibrar muchos procesos internos. No es magia, ni hace falta ser un gurú del yoga para aprovechar sus beneficios. Con comprender los fundamentos de la llamada respiración diafragmática profunda y lenta, es suficiente para experimentar un cambio notable en el cuerpo en apenas unos segundos. Aprovechar este recurso natural, al alcance de cualquiera, puede ser la diferencia entre dejarse arrastrar por el nerviosismo o tomar el control del bienestar.
2UN MINUTO QUE VALE ORO: CÓMO REALIZAR LA RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA

Tan simple como sentarse cómodamente, cerrar los ojos y posar una mano sobre el abdomen, el ejercicio empieza con una inspiración profunda por la nariz que se dirige conscientemente hacia la zona abdominal. Al notar cómo el vientre se eleva bajo la mano, se mantiene el aire unos segundos antes de expulsarlo, lentamente, por la boca. Este gesto, repetido durante un minuto, permite notar de inmediato el descenso de la tensión arterial.
La clave del ejercicio reside en la lentitud y profundidad de la respiración, ya que el sistema nervioso parasimpático responde mejor a este ritmo pausado. No importa si se realiza en la cocina, en la oficina o en mitad de una reunión tensa: la eficacia de la respiración no depende del entorno, sino de la intención y la técnica. Con sólo un minuto, la diferencia puede ser abismal y el bienestar, inmediato.