miércoles, 4 junio 2025

Así se prepara el auténtico marmitako vasco, una receta que no falla y siempre reconforta

El marmitako vasco es una de esas recetas que evocan el alma marinera del norte. Tradicionalmente preparado a bordo de los barcos por los pescadores del Cantábrico, este guiso caliente, humilde y sabroso ha trascendido las cubiertas para convertirse en un plato imprescindible de la cocina vasca. Su nombre proviene de la palabra “marmita”, el recipiente metálico donde se cocinaba, y “ko”, un sufijo vasco que significa “de la marmita”. A día de hoy, sigue siendo sinónimo de hogar, cuchara y tardes de lluvia.

Publicidad

En cada cucharada del auténtico marmitako vasco se percibe el carácter de una tierra que respeta el producto y lo trata con mimo. La clave está en el bonito del norte, protagonista absoluto del plato, acompañado de patatas, cebolla, pimiento, tomate y el inconfundible toque del pimiento choricero. Su elaboración no es complicada, pero como toda receta tradicional, requiere atención, buen género y sobre todo, cariño. No es una receta que se haga con prisas, ya que el marmitako vasco necesita su tiempo para que cada ingrediente suelte lo mejor de sí.

2
Paso a paso de este exquisito plato

Fuente: Freepik

Para comenzar con el marmitako vasco, se pochan en una cazuela con aceite de oliva la cebolla, el pimiento verde y rojo cortados en tiras finas. Una vez que estén bien blandos, se añade el ajo picado y el tomate rallado, dejando que se cocine todo hasta que el sofrito esté bien concentrado. Es entonces cuando se incorpora la pulpa de pimiento choricero y se remueve bien, integrando todos los sabores.

A continuación, se agregan las patatas, que se “cortan” en trozos irregulares para que al romperse suelten el almidón, ayudando así a espesar el caldo. Se rehogan un par de minutos con el sofrito y luego se cubren con el caldo de pescado caliente. Se deja cocer a fuego medio hasta que la patata esté tierna. En el último momento, se incorpora el bonito cortado en tacos grandes y se cocina apenas dos o tres minutos, lo justo para que quede jugoso y no se reseque. Así se consigue un marmitako vasco sabroso y con la textura perfecta.

Publicidad
Publicidad