jueves, 5 junio 2025

El truco de las aerolíneas ‘low cost’ para cobrarte por el equipaje de mano y cómo evitarlo legalmente

La ilusión de un viaje, la promesa de horizontes nuevos o el simple reencuentro con seres queridos, a menudo comienza con la búsqueda de ese billete que parece un auténtico chollo. Sin embargo, en la maraña de ofertas que nos asaltan a diario, sobre todo de las aerolíneas de bajo coste, se esconde una realidad que muchos descubren a pie de mostrador o, peor aún, en la puerta de embarque: el coste del equipaje de mano. Lo que antaño era un derecho inherente a cualquier billete, ahora se ha convertido en una fuente de ingresos adicional que desvirtúa la aparente ganga inicial, dejando al viajero con la sensación de haber caído en una trampa bien urdida.

Publicidad

Esta estrategia, perfeccionada hasta el milímetro por las compañías que abanderan el precio mínimo, ha transformado el concepto de volar, obligando al viajero a convertirse en un experto en medidas, pesos y, en ocasiones, en un contorsionista del espacio. La frustración es palpable cuando uno ve cómo un billete de cincuenta euros se dispara al doble o incluso al triple solo por llevar una mochila que, en otra época, pasaría sin problemas. Por ello, desentrañar los entresijos de estas políticas y armarse con el conocimiento necesario para esquivar los recargos inesperados no es ya una opción, sino una auténtica necesidad para cualquier viajero que quiera mantener su bolsillo a salvo y su tranquilidad intacta.

2
MEDIDAS MÁGICAS: DESENMASCARANDO LAS DIMENSIONES PERMITIDAS SIN COSTE

Fuente: Freepik

El primer paso para evitar los sobrecargos por equipaje de mano es comprender a fondo las dimensiones exactas que las aerolíneas de bajo coste permiten de forma gratuita para el «objeto personal», el único bulto que garantizan no tendrá coste adicional. Aunque las medidas pueden variar ligeramente entre una compañía y otra, existe un estándar no escrito de alrededor de 40x20x25 centímetros, una cifra que muchos viajeros desconocen o subestiman hasta que es demasiado tarde. Este bulto debe caber cómodamente bajo el asiento delantero, lo que implica una limitación estricta en su volumen y, a menudo, en su forma, haciendo que una mochila aparentemente pequeña se convierta en un problema si sobresale unos pocos centímetros. Es crucial verificar las medidas específicas de la aerolínea con la que se va a volar antes incluso de comprar la maleta o la mochila.

La precisión en este aspecto es absolutamente vital, y cualquier desviación, por mínima que sea, puede resultar en un cargo sustancial que anule cualquier ahorro. Para evitar sorpresas, lo más sensato es medir el equipaje en casa con una cinta métrica y, si es posible, probar que entra en una de esas estructuras metálicas que las aerolíneas colocan en los aeropuertos para verificar las dimensiones. Muchos viajeros cometen el error de asumir que su mochila habitual será válida, pero una vez en la puerta de embarque, la estricta política del personal puede costarles un buen susto económico. La inversión en una báscula de equipaje y una cinta métrica de calidad, así como la diligencia en la comprobación, son pequeñas acciones que pueden ahorrar una cantidad considerable de dinero en el futuro.

Publicidad
Publicidad