domingo, 8 junio 2025

El truco de las aerolíneas ‘low cost’ para cobrarte por el equipaje de mano y cómo evitarlo legalmente

La ilusión de un viaje, la promesa de horizontes nuevos o el simple reencuentro con seres queridos, a menudo comienza con la búsqueda de ese billete que parece un auténtico chollo. Sin embargo, en la maraña de ofertas que nos asaltan a diario, sobre todo de las aerolíneas de bajo coste, se esconde una realidad que muchos descubren a pie de mostrador o, peor aún, en la puerta de embarque: el coste del equipaje de mano. Lo que antaño era un derecho inherente a cualquier billete, ahora se ha convertido en una fuente de ingresos adicional que desvirtúa la aparente ganga inicial, dejando al viajero con la sensación de haber caído en una trampa bien urdida.

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Esta estrategia, perfeccionada hasta el milímetro por las compañías que abanderan el precio mínimo, ha transformado el concepto de volar, obligando al viajero a convertirse en un experto en medidas, pesos y, en ocasiones, en un contorsionista del espacio. La frustración es palpable cuando uno ve cómo un billete de cincuenta euros se dispara al doble o incluso al triple solo por llevar una mochila que, en otra época, pasaría sin problemas. Por ello, desentrañar los entresijos de estas políticas y armarse con el conocimiento necesario para esquivar los recargos inesperados no es ya una opción, sino una auténtica necesidad para cualquier viajero que quiera mantener su bolsillo a salvo y su tranquilidad intacta.

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LA REVOLUCIÓN DE LA COMPRESIÓN: CUANDO UN CENTÍMETRO VALE UN ORO

Fuente: Freepik

Las bolsas de compresión han emergido como una herramienta invaluable para los viajeros que buscan exprimir hasta el último centímetro de su equipaje de mano sin exceder las medidas permitidas. Estas bolsas, que eliminan el aire de la ropa, ya sea mediante una aspiradora o enrollándolas manualmente, pueden reducir el volumen de las prendas hasta en un 50%, permitiendo introducir más artículos en un espacio limitado. Son especialmente útiles para ropa voluminosa como jerséis, toallas o prendas invernales, convirtiendo un montón de tela en un paquete compacto que se ajusta más fácilmente a las dimensiones exigidas por las aerolíneas. La inversión en un buen set de bolsas de compresión se amortiza rápidamente con el ahorro de un solo cargo por equipaje.

Sin embargo, es importante recordar que las bolsas de compresión ayudan con el volumen, pero no con el peso, y este último factor también puede ser un limitante en algunas políticas de equipaje de mano, aunque las aerolíneas de bajo coste se centran primordialmente en el tamaño para el objeto personal gratuito. La combinación de varias estrategias, como el uso de bolsas de compresión para la ropa, el llevar puestas las prendas más grandes y la elección de una mochila flexible que se ajuste a las medidas exactas, es la fórmula magistral para volar sin sobresaltos ni recargos. Con un poco de planificación y astucia, se puede desbaratar el truco de estas compañías y disfrutar de un viaje verdaderamente ‘low cost’, sin sorpresas de última hora que arruinen la experiencia.

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