En un país donde la botella de agua acompaña casi cada momento del día, con agua con gas, desde la comida en casa hasta la terraza veraniega, surge a menudo un debate silencioso, pero persistente sobre cuál es la opción ideal para mantenernos hidratados y, de paso, cuidar nuestra salud. La elección aparentemente simple entre el agua corriente del grifo, el agua embotellada sin más o esa otra variedad que chispea en el paladar, el agua con gas, despierta más preguntas de lo que parece a simple vista, y las respuestas no siempre son tan obvias como podríamos pensar en un primer momento.
Hay quien la considera un capricho, una alternativa a los refrescos azucarados, y hay quien la ve como un elixir digestivo. Las creencias populares y los mitos rodean a esta bebida burbujeante, generando confusión sobre sus verdaderos efectos en el cuerpo humano y si realmente cumple la función básica de hidratar con la misma eficacia que su hermana sin burbujas. Desentrañar esta incógnita, apoyándonos en lo que la ciencia y los expertos en salud tienen que decir, es crucial para tomar decisiones informadas en nuestro día a día y entender qué vaso nos conviene llenar.
3LA PANACEA DIGESTIVA: CÓMO LAS BURBUJAS ALIVIAN LA PESADEZ

Más allá de la hidratación, uno de los beneficios más comentados y experimentados por muchos consumidores del agua con gas es su efecto positivo sobre la digestión, especialmente después de comidas copiosas o ricas en grasas. La sensación de pesadez, hinchazón y malestar gástrico que a veces nos asalta puede encontrar un aliado inesperado en un vaso de esta bebida efervescente. El dióxido de carbono disuelto, al llegar al estómago, tiende a expandirse y buscar una vía de escape.
Este proceso, a menudo manifestado en forma de eructos, ayuda a liberar el exceso de aire o gases que puedan haberse acumulado en el estómago durante la ingesta, proporcionando una sensación de alivio y ligereza. Además, algunos estudios sugieren que el agua con gas puede estimular la motilidad gástrica, acelerando el vaciado del estómago y reduciendo así la sensación de plenitud y pesadez postprandial que tanto incomoda a algunas personas, lo que convierte al agua con gas en una opción preferente en ciertas situaciones para facilitar la digestión y sentirse más cómodo.