lunes, 23 junio 2025

Descubre la verdad sobre el agua con gas: un médico revela si hidrata igual que la normal y cuál conviene más para tu salud

En un país donde la botella de agua acompaña casi cada momento del día, con agua con gas, desde la comida en casa hasta la terraza veraniega, surge a menudo un debate silencioso, pero persistente sobre cuál es la opción ideal para mantenernos hidratados y, de paso, cuidar nuestra salud. La elección aparentemente simple entre el agua corriente del grifo, el agua embotellada sin más o esa otra variedad que chispea en el paladar, el agua con gas, despierta más preguntas de lo que parece a simple vista, y las respuestas no siempre son tan obvias como podríamos pensar en un primer momento.

Publicidad

Hay quien la considera un capricho, una alternativa a los refrescos azucarados, y hay quien la ve como un elixir digestivo. Las creencias populares y los mitos rodean a esta bebida burbujeante, generando confusión sobre sus verdaderos efectos en el cuerpo humano y si realmente cumple la función básica de hidratar con la misma eficacia que su hermana sin burbujas. Desentrañar esta incógnita, apoyándonos en lo que la ciencia y los expertos en salud tienen que decir, es crucial para tomar decisiones informadas en nuestro día a día y entender qué vaso nos conviene llenar.

5
¿AGUA CON GAS O SIN GAS? LA ELECCIÓN SALUDABLE SEGÚN EL EXPERTO

Fuente: Freepik

Después de analizar los puntos clave, la pregunta de si es mejor el agua con gas o sin gas no tiene una respuesta única y universal; depende en gran medida de las necesidades y circunstancias individuales, tal y como suelen señalar los expertos en nutrición y salud. Para la hidratación básica diaria, ambas son excelentes opciones, y la elección entre agua con gas o sin gas se reduce en gran medida a la preferencia personal en cuanto a sabor y textura, sin que una sea intrínsecamente superior a la otra en este aspecto fundamental de reponer líquidos.

Sin embargo, si se buscan beneficios digestivos específicos, el agua con gas puede ser una herramienta útil para aliviar la pesadez y facilitar la expulsión de gases después de las comidas, tal como se menciona a menudo en consejos médicos relacionados con problemas digestivos menores. También puede ser una alternativa válida para quienes desean reducir el consumo de refrescos azucarados, ofreciendo una experiencia sensorial más interesante que el agua normal sin añadir calorías ni edulcorantes artificiales, lo que la posiciona como una opción interesante para cambiar hábitos menos saludables por el agua con gas. La clave, como en casi todo, reside en la moderación y en escuchar a nuestro propio cuerpo.

Siguiente
Publicidad
Publicidad