Seguro que te suena esta historia: tu móvil, ese compañero inseparable que hace unos meses volaba, de repente parece arrastrarse como si llevara una pesada mochila a cuestas. Las aplicaciones tardan una eternidad en abrirse, la batería se esfuma sin previo aviso y la paciencia se agota al mismo ritmo. Antes de culpar a la obsolescencia programada o a un misterioso virus, conviene mirar más cerca, concretamente a esas aplicaciones que instalamos con la mejor intención o por pura curiosidad, y que podrían ser las verdaderas responsables del suplicio.
La realidad es que, en muchas ocasiones, somos nosotros mismos quienes, sin saberlo, saboteamos el rendimiento de nuestro dispositivo. La promesa de optimización, ahorro de energía o entretenimiento ilimitado puede esconder un alto precio en forma de recursos consumidos en segundo plano, publicidad invasiva o, simplemente, una funcionalidad redundante que el propio sistema operativo ya gestiona eficientemente. Identificar y eliminar estas aplicaciones vampiro es el primer paso para devolverle a tu móvil la agilidad perdida y, de paso, recuperar tu tranquilidad.
5RECUPERA EL CONTROL: PASOS SENCILLOS PARA UN MÓVIL MÁS ÁGIL

Afortunadamente, devolverle la agilidad a tu móvil está en tu mano y no requiere conocimientos técnicos avanzados. El primer paso es identificar a las posibles culpables: revisa en los ajustes del sistema qué aplicaciones consumen más batería o datos, presta atención a cuáles generan más notificaciones o parecen ralentizar el dispositivo tras su uso. Una vez localizadas esas aplicaciones sospechosas, especialmente si pertenecen a las categorías mencionadas anteriormente, no dudes en desinstalarlas. Te sorprenderá la diferencia que pueden suponer unos pocos megabytes menos.
Además de eliminar las aplicaciones problemáticas, hay otras medidas sencillas que contribuyen a mantener tu móvil en forma. Reiniciar el dispositivo de vez en cuando ayuda a limpiar la memoria y cerrar procesos que hayan podido quedarse colgados. Mantener el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas a sus últimas versiones también es crucial, ya que los desarrolladores suelen incluir mejoras de rendimiento y correcciones de errores. Y, sobre todo, sé selectivo con lo que instalas: antes de descargar una nueva aplicación, pregúntate si realmente la necesitas y si la fuente es fiable.