sábado, 7 junio 2025

Tu WiFi es lento, pero la culpa no es del router: el truco que tú necesitas para que vuele, es lento, pero la culpa no es del router: el truco que tú necesitas para que vuele

El WiFi en nuestras casas es una necesidad básica, casi tan vital como el agua corriente o la electricidad, pero a menudo se convierte en una fuente inagotable de frustración. Navegar a paso de tortuga, cortes inesperados en plena videoconferencia o vídeos que se pausan cada dos por tres son pan de cada día para muchos, ¿verdad? Esta lentitud exasperante nos hace cuestionarnos si nuestro router ha llegado al final de su vida útil o si la conexión que nos vende el operador simplemente no es lo que prometía, llevándonos a veces a considerar gastos innecesarios en equipos nuevos sin entender la raíz del problema.

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La reacción más común cuando la conexión falla es echarle la culpa al pobre router, ese aparato olvidado en un rincón que nunca tocamos hasta que deja de hacer su trabajo. Pensamos que es viejo, que está estropeado o que necesitamos uno más potente, y aunque a veces es así, muchas otras veces el verdadero problema reside en factores que están bajo nuestro control y que con unos simples ajustes pueden transformar por completo la experiencia de conexión en el hogar. Es hora de dejar de culpar al mensajero y entender qué podemos hacer nosotros mismos para que nuestra red inalámbrica funcione a pleno rendimiento. Prepárense para descubrir ese ‘truco’ que puede cambiarlo todo sin necesidad de gastar un euro extra.

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CUANDO EL ROUTER NO BASTA: EXTENDIENDO LA SEÑAL

Fuente: Freepik

A pesar de todos los trucos de ubicación y configuración que hemos comentado, existen realidades arquitectónicas que superan la capacidad de un solo router para cubrir adecuadamente toda una vivienda con una señal WiFi potente y estable. Piensa en casas grandes, con múltiples plantas, o esas construcciones antiguas con muros de carga que parecen búnkeres y que bloquean gran parte de las ondas de radio. En estos escenarios, es físicamente imposible que las ondas de radio lleguen con la misma intensidad a todas partes desde un único punto central, y es aquí donde debemos considerar soluciones activas para extender la cobertura y eliminar esas molestas zonas de sombra donde el internet simplemente no funciona o lo hace a una velocidad desesperantemente baja, arruinando la experiencia de uso.

Las soluciones más comunes y accesibles para extender el alcance de la red inalámbrica son los repetidores de señal y los sistemas Mesh. Los repetidores son aparatos más sencillos y económicos que toman la señal existente del router y la retransmiten. Sin embargo, a menudo duplican el nombre de la red y, lo que es más importante, pueden reducir la velocidad a la mitad al usar la misma antena para recibir y enviar datos. Los sistemas Mesh, por otro lado, son una inversión mayor pero crean una única red unificada y más inteligente, distribuyendo varios puntos de acceso por la casa que se comunican entre sí y permiten a los dispositivos conectarse al nodo con mejor señal sin interrupciones, ofreciendo una experiencia de conexión más fluida y de mayor rendimiento en toda la superficie. La clave con cualquier extensor es su correcta colocación: no debe ir donde la señal ya es débil, sino en un punto intermedio donde aún reciba una señal fuerte y estable del router principal.

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