Tu lavavajillas, ese fiel aliado en la cocina que nos libera de una de las tareas domésticas más tediosas, esconde un potencial de ahorro que la mayoría de nosotros pasamos por alto, ya sea por desconocimiento o por la inercia de usar siempre el mismo programa. Mientras nos quejamos del encarecimiento de las facturas de luz y agua, este electrodoméstico podría estar ayudándonos a aligerar esos gastos de forma significativa, simplemente prestando un poco más de atención a sus funciones menos exploradas. Ese botón «Eco» o la opción de «Media Carga» no están ahí de adorno.
La clave para desbloquear este ahorro reside en comprender cómo funcionan estos programas específicos, diseñados precisamente para optimizar cada gota de agua y cada vatio de electricidad sin comprometer, en la mayoría de los casos, la limpieza impecable que esperamos de nuestro lavavajillas. Es hora de desterrar viejos mitos y empezar a utilizar nuestro aparato de una forma más inteligente y, sobre todo, más económica para nuestro bolsillo y más respetuosa con el medio ambiente, dos argumentos de peso en los tiempos que corren.
2MEDIA CARGA, MÁXIMO AHORRO: CUÁNDO Y CÓMO USAR ESTA FUNCIÓN INTELIGENTE DEL LAVAVAJILLAS
Otra función estrella, a menudo ignorada, es la de «Media Carga», ideal para esos días en los que no hemos acumulado suficiente vajilla para llenar el lavavajillas por completo, pero necesitamos ponerlo en marcha. Utilizar un ciclo completo para lavar solo unos pocos platos y vasos es un desperdicio considerable de recursos, tanto de agua como de energía, que podemos evitar fácilmente con esta opción. Es especialmente útil en hogares con pocas personas o cuando tenemos prisa.
Al seleccionar la «Media Carga», el lavavajillas adapta automáticamente la cantidad de agua y la energía utilizada a la menor cantidad de utensilios, manteniendo la eficacia del lavado. Algunos modelos incluso permiten seleccionar si la carga se concentra en la cesta superior o inferior, optimizando aún más el proceso. Ignorar esta función es, literalmente, tirar dinero por el desagüe y consumir más energía de la necesaria, un pequeño gesto que, repetido, marca una gran diferencia en el consumo global.
