‘Supervivientes’ no solo se vive en la isla, también se desborda más allá de las cámaras y enciende las redes. Esta vez, el foco mediático no está sobre una prueba de recompensa ni sobre una reconciliación inesperada, sino sobre un enfrentamiento serio con posibles implicaciones legales. En la gala del domingo de ‘Supervivientes 2025: Conexión Honduras’, Escassi lanzó una acusación directa al asegurar que el programa estaba ocultando comportamientos violentos por parte de Montoya hacia su compañera Anita Williams. A la denuncia se sumó Borja, quien afirmó haber presenciado la misma situación.
La presentadora Sandra Barneda frenó en seco la conversación para aclarar que desde la dirección del programa negaban rotundamente cualquier hecho de ese calibre. Según dijo en directo, se había revisado el material y no había “nada que ocultar ni ningún acto violento que sancionar”. Tanto Montoya como Anita reaccionaron visiblemente molestos, asegurando que esas acusaciones eran falsas y que estaban empañando su paso por ‘Supervivientes’. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y el revuelo ha cruzado las fronteras del reality.
3‘Supervivientes’ se juega su credibilidad en un momento clave

La crisis estalla en uno de los momentos más importantes de la edición, cuando las tramas personales ya están consolidadas y la recta final del reality se acerca. ‘Supervivientes’ se juega su reputación, no solo ante los espectadores, sino también ante los propios concursantes, que exigen un marco seguro para competir. El equipo del programa asegura que no hay encubrimientos y que las decisiones se toman con base en hechos y no en suposiciones. Sin embargo, la presión pública puede llevar a nuevas revisiones y a una vigilancia aún más estrecha en lo que queda de edición.
A día de hoy, lo que parece claro es que el protagonismo de la familia Montoya ha irrumpido con fuerza en la narrativa de ‘Supervivientes 2025’. En cuestión de horas, han pasado de ser una figura secundaria en redes a convertirse en actores clave de una polémica que amenaza con marcar un antes y un después en la historia del reality. Habrá que ver cómo se gestiona esta situación desde la organización y si realmente hay consecuencias, dentro o fuera del programa.