Incluir alimentos antiinflamatorios en nuestra dieta en un momento en que el estrés, el sedentarismo y los ultraprocesados se han instalado en la vida cotidiana, puede convertirse en una gran opción y la mejor decisión para nuestro bienestar. En este contexto anteriormente mencionado, algunos alimentos están ganando terreno con fuerza, y no es para menos, ya que no solo mejoran la digestión o ayudan a perder peso, sino que también actúan de manera directa sobre uno de los grandes males silenciosos de nuestra época: la inflamación crónica.
La inflamación en el cuerpo es un proceso natural, una respuesta del sistema inmunológico ante agresiones externas. Sin embargo, cuando se vuelve constante, puede derivar en dolencias serias como artritis, enfermedades cardiovasculares o incluso trastornos neurodegenerativos. Por eso, integrar alimentos antiinflamatorios en la dieta diaria es una decisión inteligente, sencilla y profundamente transformadora. A continuación, te contamos cuáles son tres de los más potentes y fáciles de incorporar desde hoy.
1Un clásico que nunca falla entre los alimentos antiinflamatorios

Pocos ingredientes han resistido tan bien el paso del tiempo como el jengibre. Este rizoma, utilizado desde hace siglos en la medicina tradicional asiática, es uno de los alimentos antiinflamatorios más estudiados y valorados. Sus compuestos bioactivos, especialmente el gingerol, son responsables de reducir la inflamación a nivel celular. Basta con añadir un poco de jengibre fresco rallado al té, a las sopas o a un salteado de verduras para comenzar a notar sus efectos.
Más allá de sus propiedades antiinflamatorias, el jengibre también es un excelente digestivo natural, ayuda a combatir las náuseas y mejora la circulación. Es un ingrediente versátil, económico y fácil de encontrar en cualquier supermercado. Para quienes buscan una opción natural que actúe desde el interior del cuerpo sin efectos secundarios, el jengibre debería ocupar un lugar fijo en la cocina.