domingo, 8 junio 2025

Descubre el mineral más caro y resistente de la Tierra y no es ni el oro, ni el diamante

Existe un mineral desconocido para muchos fuera del mundo de la alta joyería y la mineralogía que se está convirtiendo silenciosamente en el material más codiciado del planeta. En un contexto en el que el oro alcanza precios récord y los diamantes siguen siendo símbolo de lujo, este mineral ha logrado eclipsar a ambos en exclusividad y valor. ¿Cómo es posible que una piedra verde supere los 3 millones de dólares por un solo quilate? Pues sí, ese es el valor de la jadeíta, y se debe a su rareza extrema, su resistencia y su fuerte arraigo en culturas milenarias como la china.

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Mientras el común de las personas sigue pensando que el diamante es el rey de los minerales, los expertos en gemología tienen claro que la jadeíta juega en otra liga. Esta gema ha sido venerada desde hace siglos por su belleza, su durabilidad y, sobre todo, por su carácter casi mitológico. La combinación entre sus propiedades físicas únicas y su mística cultural la han convertido en un bien tan exclusivo como deseado.

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Este mineral es una belleza de otro mundo

Fuente: Pexels

La jadeíta no es simplemente un tipo de jade; es la variedad más pura y más escasa y, sin duda, el mineral más valioso. Su tono más buscado, el verde imperial, posee una profundidad que rivaliza con la esmeralda más perfecta, y se diferencia de otras piedras similares como la nefrita por su mayor intensidad cromática y estructura cristalina. Pero más allá de su apariencia, lo que hace que la jadeíta sea tan codiciada es su resistencia, ya que puede soportar impactos que harían añicos a muchas otras gemas, incluido el diamante.

El color de la jadeíta puede abarcar toda la gama del arcoíris, pero solo unos pocos ejemplares alcanzan la perfección del verde imperial. Su rareza es tal que encontrar una pieza de calidad gema en este tono es comparable a hallar una aguja en un pajar. Esto ha llevado a que su precio se dispare en las subastas de lujo y en los mercados asiáticos, donde su valor simbólico y espiritual eleva aún más su demanda.

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