La Conferencia de Presidentes de hoy se perfila como un escenario de alta tensión política, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, enfrentándose a lo que el PP madrileño califica de «trampa» independentista catalana. Y con la idea de marcar el ritmo y la línea editorial del PP a nivel estatal.
En este ambiente los populares madrileños bajo el argumentario de Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid, ha lanzado una contundente advertencia: «si la intención es que Cataluña obtenga 500 millones de euros de las arcas madrileñas para sus aspiraciones secesionistas, todo Madrid se negará junto a la presidenta y toda España«.
Para los populares madrileños el actual panorama político español es descrito como un «momento trascendental», marcado por una «crisis en todos los ámbitos de la vida pública». La sociedad, según los populares madrileños, «se despierta cada mañana pendiente de un nuevo escándalo y de corrupción del gobierno o de la última cesión que Pedro Sánchez está dispuesto a hacer para ofrecer a sus socios para mantenerse en el poder.
En el centro de esta coyuntura se encuentra la ley de amnistía, calificada como el «hito fundamental de esta legislatura» y «la primera de un conjunto de cesiones que amenazan con destruir el andamiaje constitucional de nuestra democracia», según remarcan desde Madrid. Una crítica que también extienden al Tribunal Constitucional, a quienes se acusa de intentar «convencernos de que la amnistía es constitucional» con argumentos que el Partido Popular tilda de «absurdos».
SITUACIÓN INTERNACIONAL COMPLEJA
Todo esto agravado por la situación internacional compleja en la que vivimos, donde Europa se ve «obligada a cambiar la manera de estar en el mundo. En este escenario, el gobierno español es percibido como «a la deriva», «rehén de sus socios golpistas y etarras», «hasta el cuello de corrupción» y «enfrentado al resto de poderes del Estado».
Con este contexto el propio Serrano enfatiza en la falta de una «mayoría legislativa para gobernar», lo que lleva al Ejecutivo a una «huida vengativa» junto a quienes «tienen como objetivo político la destrucción de la nación». Serrano advierte de una «España estancada» más allá de la «capa de macroeconomía y los fondos europeos», con salarios públicos estancados, un aumento del IRPF y un incremento de las solicitudes del Ingreso Mínimo Vital. Los populares critican que «solo un modelo socialista puede celebrar que se ratifique la pobreza y la dependencia del Estado». Con una conclusión es sombría: un país donde los jóvenes no pueden acceder a una vivienda o tener hijos, es un «país decadente».
Una crisis que no se limita a lo económico. Serrano denuncia un «espectacular deterioro de nuestras infraestructuras», que lleva a que la fiabilidad del transporte público sea cuestionada. Además, critica la inacción del gobierno ante diversos problemas y su supuesta preocupación por cuestiones secundarias, como el festival de Eurovisión, en detrimento de los verdaderos desafíos nacionales.
Una «crisis institucional sin precedentes» se manifiesta, según Serrano, en el intento de «silenciar al Senado», el «manejo del Congreso», la «opa a la justicia» y el «control de la Fiscalía General del Estado», cuyo titular es considerado un «adjunto del Consejo de Ministros». Advierte que el verdadero riesgo no es una «revolución», sino la «colonización institucional y el desarme progresivo de los contrapoderes», una estrategia que, según la presidenta Ayuso, busca un «cambio de ritmo por la puerta de atrás».
CRISIS DEMOGRÁFICA Y MIGRATORIA
Otra de las «crisis de gran trascendencia» para los populares madrileños es la demográfica, que no solo afecta a las pensiones futuras, sino también a la «necesidad de preservar la identidad y la cultura.
Por este motivo, desde el entorno popular de la capital se aboga por complementar la calidad y la familia, y se reconoce la contribución de quienes llegan a España para «cumplir sus sueños», especialmente en Madrid, una ciudad de «muchos acentos».
Sin embargo, también se pone de manifiesto la «crisis migratoria» en Europa occidental, calificada como «el cambio más rápido de la historia de la humanidad», que genera «tensión en nuestros servicios públicos» y afecta a la «convivencia, costumbres, seguridad ciudadana, seguridad nacional e incluso sociología electoral. Un claro guiño para atraer el electorado de Vox que quiera agrupar voto en el PP.
Poniendo como doloroso ejemplo la gestión del Gobierno en esta situación. Con la llegada de vuelos nocturnos a Barajas y el alojamiento de inmigrantes en «barracones» en Carabanchel o Alcalá de Henares, instalaciones «pensadas para 600 personas, habilitadas para 1.500 diarias y por el que ya han pasado 10.000 personas», lo que plantea la incógnita sobre el paradero de las restantes para los populares.
POLARIZAR LA SOCIEDAD PARA FRAGUAR SU CORRUPCIÓN
El Partido Popular de Madrid acusa al jefe de gobierno de «renunciar a un liderazgo» y basar su estrategia política en la «división emocional de la sociedad». El gobierno no solo «gobierna solo para una mitad del país», sino que «deliberadamente gobierna contra la otra mitad del país», buscando la «impunidad». Para los populares el objetivo de permanecer en el poder es «servir impunes», y el motivo «obvio»: el partido, el gobierno y la familia del presidente están «rodeados de corrupción».
Contra todo esto, los populares madrileños se posiciona como el «gran obstáculo para consumar la misión histórica de derrotar al sanchismo», al que acusan de «intentar por todos los medios controlar el Poder Judicial y a los medios de comunicación«, y tiene como objetivo «abatir a la Comunidad de Madrid. La «mafia está muy tensionada y sus fontaneros mediáticos no dan a basto», lo que llevará a un aumento de los «ataques contra adversarios, periodistas o jueces», con Ayuso como principal diana para desgastar a Madrid.
«Maltratado a la Comunidad de Madrid» con amenazas de limitar su autonomía fiscal e incluso un impuesto especial a la capitalidad, algo que se considera inaudito en el mundo. Por esto, los populares de Madrid recuerdan los perjuicios a la Región como son: en los repartos de los fondos europeos, falta de financiación en el transporte público, inversión cero en infraestructuras comerciales, trato discriminatorio en recursos hídricos y energéticos, déficit de personal sanitario y policial, y ataques a la libertad universitaria.
Frente a este panorama, «Madrid emerge como la «alternativa política y económica a la decadencia socialista». Se ofrece «prosperidad, desregulación, impuestos bajos, facilidad para las empresas, respeto a las tradiciones, unidad nacional, disparidad, reconocimiento del mérito, promoción de nuestra cultura dentro y fuera de los países. Y sobre todo, se ofrece libertad«, desarrolla Serrano en su argumentario para marcar las pautas del partido a nivel nacional.
«La Comunidad de Madrid, a pesar de las críticas del gobierno central, atrae el 60% de la inversión extranjera y aporta casi el 50% de la recaudación de Hacienda de las comunidades de régimen común«, enfatiza el político madrileño.
UN PROYECTO REFORMISTA
Para finalizar, Serrano advierte que el Partido Popular de Madrid cree que su trabajo está dando frutos, siendo el partido «más identificado con los madrileños». Con la vista puesta en el XXI Congreso Nacional del Partido, reafirmando su disposición a colaborar con la Dirección Nacional.
Comentando Serrano un mensaje final claro: «No podemos esperar a que este Gobierno caiga sin más. Tenemos que conquistar el voto con un proyecto reformista y valiente que asuma que tiene que volver a construir algunos de los principales de los principios más básicos de nuestro modelo de convivencia».
Los populares madrileños señala que Alberto Núñez Feijóo está «llamado a liderar ese proyecto que represente a la mayoría social y de españoles», para encabezar un «proyecto amplio de reconstrucción nacional» que rescate las instituciones y modernice la economía. «Madrid se concederá de nuevo a la cabeza de España», afirman, asumiendo la responsabilidad de ser la «cabeza tractora de la nación y un faro de libertad en un momento en el que la degradación de la vida pública es asfixiante». La generación actual de populares tiene la misión de defender la democracia, las instituciones y un futuro próspero para los españoles, afrontando los retos con «valentía, honestidad y trabajo».
