Alicante no solo es sinónimo de playas concurridas y turismo de verano, sino que también guarda rincones pocos explorados que enamoran por su belleza tranquila y sus paisajes de postal. Uno de los secretos mejor guardados de esta provincia es su capacidad para ofrecer atardeceres únicos, de esos que tiñen el cielo de tonos naranjas y malvas y que parecen sacados de una pintura. Y lo mejor es que, para disfrutar de esta magia, no hace falta irse lejos. Alicante es ese paraíso natural al alcance de quienes buscan una escapada sin complicaciones.
Entre esos lugares especiales que hacen de Alicante un destino distinto destaca Cullera. Aunque oficialmente pertenece a la provincia de Valencia, su cercanía con Alicante y su conexión directa la convierten en una parada obligada para quienes recorren la Costa Blanca. Cullera es la combinación perfecta de tradición mediterránea, paisajes naturales y una costa que, al caer la tarde, se transforma en escenario de atardeceres inolvidables.
3Alicante como refugio natural cercano para escapadas cortas

Muchas veces buscamos lejos lo que tenemos muy cerca. Alicante se ha convertido en ese destino al que siempre se puede volver, no solo por sus playas o su gastronomía, sino por su capacidad de ofrecer momentos de paz en contacto con la naturaleza. Cullera, aunque en territorio valenciano, forma parte de esa experiencia para quienes parten desde Alicante o se mueven por la Comunidad Valenciana.
Tanto si se trata de una escapada de fin de semana como de una parada en una ruta más larga, Cullera y sus alrededores demuestran que Alicante tiene mucho más que ofrecer que solo playas y lindas vistas. Al final del día, cuando el cielo se cubre de oro y púrpura, uno entiende por qué tantos definen esta tierra como un paraíso natural a pocos kilómetros de casa.