Valencia es tierra de arroz, de huertas infinitas y de sabores que se han transmitido de generación en generación. Hablar de la auténtica paella valenciana es hablar de raíces, de fuego lento y de domingos en familia. Pero también es hablar de un lugar muy concreto: El Palmar. Esta pequeña pedanía situada en pleno corazón del Parque Natural de la Albufera es el epicentro donde la receta tradicional cobra vida con todo su esplendor y sin concesiones a la modernidad.
El Palmar no es solo un destino gastronómico, sino un símbolo de identidad. Sus calles tranquilas, rodeadas de acequias y campos de arroz, son el escenario perfecto para entender por qué aquí la paella no es solo un plato, sino una forma de vida. Los palmarencos, orgullosos custodios de esta tradición, se niegan a llamarle “paella” a cualquier arroz que no respete la fórmula ancestral que allí se sigue al pie de la letra.
2El Palmar, joya natural y culinaria de Valencia

Valencia no solo encuentra en El Palmar su corazón gastronómico, sino también uno de sus paisajes más singulares. Rodeado por la Albufera, este rincón ofrece un ecosistema único donde el cultivo del arroz ha moldeado el paisaje durante siglos. Pasear por sus senderos, navegar por sus canales o ver el atardecer desde una barca son experiencias que se suman al sabor de una buena paella.
Además, El Palmar mantiene viva la conexión entre la naturaleza y la mesa. El agua de la Albufera riega los campos donde se cultiva el arroz con el que se preparan las mejores paellas de Valencia. En este equilibrio entre tradición, territorio y cocina, se encuentra el secreto del éxito. Aquí, la autenticidad no se aprende en libros de recetas, se respira, se huele, se saborea.