lunes, 9 junio 2025

¿Un Bizum de 20€ te puede arruinar? La pesadilla de un hombre tras un error que te sorprenderá y mucho

Bizum se ha convertido en una herramienta tan omnipresente en nuestras vidas que realizar o recibir un pago parece un acto casi reflejo, una extensión natural de nuestra comunicación digital. Sin embargo, esta pasmosa facilidad, que ha revolucionado las pequeñas transacciones cotidianas entre particulares e incluso con comercios, puede esconder una trampa insospechada si la fortuna o un simple despiste nos juegan una mala pasada. Lo que empieza como una cantidad irrisoria, apenas suficiente para un par de cafés, podría transformarse en un auténtico quebradero de cabeza con consecuencias legales que pocos anticiparían, demostrando que incluso el gesto más nimio en el universo digital tiene su peso en el mundo real.

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La historia de un vecino de Benavente, en Zamora, es un aldabonazo que resuena con fuerza en la conciencia de millones de usuarios de esta popular plataforma de pagos. Un error al teclear un número de teléfono, un destinatario equivocado y veinte euros que cambian de manos sin la intención original; hasta aquí, una anécdota. Pero la decisión de no devolver esa modesta suma desencadenó un proceso judicial que ha sentado un precedente sorprendente, recordándonos que la ética digital y el código penal pueden ir de la mano, incluso cuando hablamos de cantidades que podrían parecer insignificantes y que podrían hacer que un simple Bizum te arruine la tranquilidad.

LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA DE LOS PAGOS MÓVILES: BIZUM EN EL DÍA A DÍA

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La irrupción de Bizum en el panorama financiero español supuso un antes y un después en la forma de entender las transferencias de dinero, especialmente para importes pequeños. Su adopción masiva, superando los veintiocho millones de usuarios en España, evidencia cómo la simplicidad de necesitar solo un número de teléfono para enviar o solicitar fondos ha calado hondo en la sociedad, desbancando en muchos casos al efectivo o a las transferencias bancarias tradicionales para pagos cotidianos.

Desde dividir la cuenta de una cena entre amigos hasta pagar una compra en el pequeño comercio del barrio, Bizum ha tejido una red de conveniencia que facilita enormemente la gestión del dinero en el día a día. Esta agilidad, no obstante, es también su talón de Aquiles, ya que la rapidez con la que se opera puede llevar a errores humanos con consecuencias inesperadas, como un simple baile de cifras en un número de teléfono.

EL DESLIZ DIGITAL QUE ACABÓ EN LOS TRIBUNALES: UN BIZUM DE LA DISCORDIA

El caso que nos ocupa, originado en la localidad zamorana de Benavente, ilustra a la perfección cómo un acto aparentemente menor puede escalar hasta instancias judiciales. Un ciudadano recibió por error un Bizum de tan solo veinte euros y, a pesar de ser contactado por la persona que cometió el fallo al enviar el dinero, tomó la decisión de no reintegrar la cantidad, una elección que transformó un simple error en una disputa con implicaciones legales serias.

La situación, lejos de resolverse con una simple devolución, acabó en un juicio donde el receptor fue condenado por un delito de apropiación indebida. La sentencia no solo le obligó a devolver los veinte euros, sino que además tuvo que hacer frente a una multa de ciento ochenta euros, multiplicando por nueve la cantidad original del Bizum que decidió no retornar, un castigo económico que sirve de advertencia sobre la seriedad de estos actos.

¿UN SIMPLE ERROR O DELITO? LA APROPIACIÓN INDEBIDA Y EL BIZUM EXTRAVIADO

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Para entender la gravedad del asunto, es crucial diferenciar entre un error y un acto delictivo, porque la justicia calificó la acción del vecino de Benavente como apropiación indebida. Este delito se configura cuando una persona recibe algo, generalmente dinero o un bien mueble, por error del que lo entrega y, con pleno conocimiento de que no le pertenece, decide incorporarlo a su patrimonio en lugar de devolverlo, una conducta que el Código Penal sanciona independientemente de la cuantía del bien apropiado.

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No se trata de una estafa elaborada ni de un complejo entramado financiero, sino de una omisión consciente: la de no devolver algo que se sabe ajeno. La Audiencia Provincial confirmó la condena precisamente porque el acusado, aun teniendo la oportunidad de subsanar el error y actuar conforme a la buena fe, optó por quedarse con un dinero que no era suyo, sentando las bases para futuras reclamaciones de un Bizum no devuelto.

LA SENTENCIA QUE LO CAMBIA TODO: EL PRECEDENTE DE ZAMORA Y EL FUTURO DEL BIZUM

Lo más trascendente de este fallo judicial no radica tanto en la sanción económica impuesta, que entre multa y costas superó los doscientos euros, sino en el precedente que establece para la miríada de usuarios de Bizum. Hasta ahora, muchos podrían haber considerado que un error de este calibre se saldaría, como mucho, con una discusión informal o la pérdida de una pequeña cantidad, pero los tribunales han dejado claro que apropiarse de un pago erróneo puede constituir un delito.

Esta sentencia de Zamora marca un punto de inflexión, subrayando que la comodidad y la inmediatez de herramientas como Bizum no eximen de responsabilidad legal ni de un comportamiento ético. La facilidad para transferir fondos no puede ser una excusa para la deshonestidad, y este caso recuerda que las acciones en el entorno digital tienen consecuencias tangibles en el mundo real, por pequeño que sea el importe del Bizum.

MÁS ALLÁ DE LOS 20 EUROS: CÓMO EVITAR UNA PESADILLA CON TU BIZUM

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Ante este panorama, la prudencia se erige como la mejor aliada de los usuarios de Bizum, porque la recomendación principal es verificar siempre con atención el número de teléfono del destinatario antes de confirmar cualquier envío. Aunque el sistema muestra el nombre asociado al número, las prisas o la confianza pueden jugar malas pasadas, y un instante de comprobación puede ahorrar muchos disgustos y potenciales problemas legales, como el que podría surgir de un Bizum mal dirigido.

Si se recibe un Bizum por error, la actuación correcta y ética es contactar con la persona que lo envió o, si esta contacta primero, proceder a su devolución inmediata. Si, por el contrario, somos nosotros quienes hemos enviado un Bizum a un destinatario incorrecto y este se niega a devolverlo, ahora sabemos que la vía judicial es una opción real, con antecedentes que respaldan la reclamación por apropiación indebida. Bizum es útil, pero exige responsabilidad.

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