Madrid, con toda su vida, su oferta cultural y sus oportunidades laborales, se ha convertido en un lugar prácticamente inaccesible para quien sueña con tener una casa propia. El precio del metro cuadrado en la capital ya se dispara por encima de los 5.000 euros, lo que hace que incluso una vivienda modesta supere el medio millón. Mientras tanto, los salarios se mantienen estancados, lo que convierte el acceso a la vivienda en un auténtico quebradero de cabeza para muchos madrileños.
Ante esta realidad, cada vez son más quienes miran hacia fuera de Madrid, hacia municipios cercanos donde todavía se puede soñar en grande sin hipotecarse de por vida. A apenas una hora de la capital, pueblos como Marugán están despertando el interés de compradores que descubren que, por lo que en Madrid apenas podrían pagar una entrada, en estos lugares pueden acceder a casas con jardín, varias habitaciones e incluso piscina. La diferencia es abismal y la tendencia es clara, así que el éxodo tranquilo ha comenzado.
3Vivir en Marugán y trabajar en Madrid

Madrid sigue siendo el centro de trabajo y relaciones personales para miles de personas, pero eso ya no implica vivir en un piso de 60 metros en la zona sur. Marugán está perfectamente conectado por carretera, y se puede llegar al centro de Madrid en poco más de una hora. Probablemente el mismo tiempo que tardas en ir desde la periferia al centro en transporte público.
Vivir en Marugán supone respirar aire limpio, aparcar sin dar vueltas, y salir al jardín en lugar de al asfalto. Además, en un contexto donde el teletrabajo ha llegado para quedarse, tener un hogar cómodo y amplio ya no es un lujo, sino una necesidad. Muchos madrileños están haciendo cuentas, y los números dejan claro que mudarse fuera, lejos de ser un paso atrás, puede ser el comienzo de una vida más tranquila y asequible.