martes, 10 junio 2025

Si tienes ese ‘clic’ que te suena en la mandíbula no es ninguna tontería y así tienes que solucionarlo antes de que vaya a más.

Ese molesto ‘clic’ en la mandíbula que a veces nos sorprende es mucho más que un simple ruido corporal sin importancia. Es un sonido que muchos hemos experimentado al bostezar o masticar, una pequeña señal de alarma que nuestro cuerpo nos envía, y que solemos despachar con un gesto de indiferencia, atribuyéndolo al cansancio o a un mal gesto. Sin embargo, este chasquido puede ser el primer aviso de un problema subyacente que, si no se atiende, puede derivar en dolores crónicos y complicaciones serias que afecten a nuestra calidad de vida de una forma que ni imaginamos.

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Este chasquido, lejos de ser una anécdota sin importancia, puede ser la punta del iceberg de un problema más profundo, directamente relacionado con el ritmo de vida actual. El estrés, la ansiedad y las malas posturas mantenidas durante horas frente a una pantalla se somatizan de formas muy diversas, y a menudo ignoramos que la tensión acumulada durante el día busca una vía de escape, convirtiendo nuestra articulación temporomandibular en el epicentro de un seísmo silencioso, cuyas réplicas pueden afectar a nuestra calidad de vida. Entender qué nos dice ese ‘clic’ es el primer paso para ponerle remedio.

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¿UN SIMPLE RUIDO? DESCUBRE QUÉ ES EL TRASTORNO TEMPOROMANDIBULAR (TTM)

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El famoso chasquido es, en la mayoría de los casos, el síntoma más audible de lo que se conoce como Trastorno Temporomandibular (TTM) o Disfunción Craneomandibular. Este término engloba un conjunto de problemas que afectan a la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo y a los músculos que la rodean. Dicha articulación es una de las más complejas del cuerpo humano, una maravilla de la biomecánica que nos permite hablar, masticar y bostezar , pero también es extremadamente sensible a los desequilibrios. El ‘clic’ se produce generalmente cuando el disco articular, una pequeña almohadilla de cartílago que facilita el movimiento, se desplaza de su posición correcta y luego vuelve a encajar bruscamente.

No todos los chasquidos son iguales ni tienen la misma trascendencia, y es fundamental aprender a diferenciarlos. Un sonido aislado y sin dolor puede ser intrascendente, pero si el ‘clic’ se acompaña de dolor, bloqueos al abrir o cerrar la boca o dificultad para masticar, estamos ante una clara señal de que el trastorno está progresando y requiere atención. Ignorarlo puede llevar a una inflamación crónica, a un desgaste prematuro de la articulación e incluso a cambios en la mordida. Esa pequeña molestia inicial en la mandíbula puede convertirse en un dolor que se irradia hacia el oído, la cabeza o el cuello, alterando significativamente nuestro día a día.

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