Ese molesto ‘clic’ en la mandíbula que a veces nos sorprende es mucho más que un simple ruido corporal sin importancia. Es un sonido que muchos hemos experimentado al bostezar o masticar, una pequeña señal de alarma que nuestro cuerpo nos envía, y que solemos despachar con un gesto de indiferencia, atribuyéndolo al cansancio o a un mal gesto. Sin embargo, este chasquido puede ser el primer aviso de un problema subyacente que, si no se atiende, puede derivar en dolores crónicos y complicaciones serias que afecten a nuestra calidad de vida de una forma que ni imaginamos.
Este chasquido, lejos de ser una anécdota sin importancia, puede ser la punta del iceberg de un problema más profundo, directamente relacionado con el ritmo de vida actual. El estrés, la ansiedad y las malas posturas mantenidas durante horas frente a una pantalla se somatizan de formas muy diversas, y a menudo ignoramos que la tensión acumulada durante el día busca una vía de escape, convirtiendo nuestra articulación temporomandibular en el epicentro de un seísmo silencioso, cuyas réplicas pueden afectar a nuestra calidad de vida. Entender qué nos dice ese ‘clic’ es el primer paso para ponerle remedio.
2BRUXISMO: EL ENEMIGO SILENCIOSO QUE APRIETA TUS DIENTES Y TU VIDA

El bruxismo es el acto involuntario de apretar o rechinar los dientes, un hábito parafuncional que puede ocurrir tanto de día como de noche. Mucha gente no es consciente de que lo padece, especialmente el bruxismo nocturno que se manifiesta mientras dormimos, y solo se percata del problema cuando su dentista le alerta del desgaste dental o cuando su pareja se queja del ruido. Esta tensión constante somete a una presión desmedida a toda la musculatura de la mandíbula, sobrecargando la articulación y contribuyendo de manera directa a la aparición del chasquido y del dolor. Es, sin duda, uno de los principales culpables en la sombra de los trastornos temporomandibulares.
Las consecuencias de este hábito van mucho más allá de unos dientes desgastados o unas encías sensibles. La presión continua ejercida sobre la articulación puede provocar una inflamación crónica, , dando lugar a dolores de cabeza, tensionales, especialmente por la mañana, dolor de oídos, molestias en el cuello y una sensación de rigidez facial, que muchas veces se confunden con otras patologías. El bruxismo no solo daña las estructuras físicas, sino que también es un reflejo de un estado de estrés o ansiedad que no estamos gestionando correctamente, convirtiéndose en un círculo vicioso: el estrés provoca bruxismo y el dolor y la incomodidad derivados del bruxismo generan más estrés.