Morir es un hecho inevitable que aún encierra muchos misterios para la ciencia. A lo largo de la historia, la humanidad ha intentado entender qué ocurre exactamente cuando la vida se detiene, buscando señales físicas, espirituales o energéticas que marquen esa transición. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Calgary, en colaboración con el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, ha revelado un hallazgo inesperado: mientras estamos vivos, nuestros cuerpos emiten un tenue destello que simplemente desaparece al morir.
Este fenómeno, publicado en The Journal of Physical Chemistry Letters, no es un simbolismo ni una metáfora, sino una observación medible. El físico Vahid Salari y su equipo han registrado por primera vez un fenómeno real y observable conocido como emisión ultradébil de fotones (EPU), un tipo de biofotón que se produce en organismos vivos y se extingue tras la muerte. Morir, en términos físicos, también significa dejar de emitir esa luz invisible que nos acompaña silenciosamente durante toda nuestra existencia.
3¿Qué significa monitorear la vida desde su luz?

Morir deja una marca visible para los ojos de la ciencia, y esa es quizás la parte más revolucionaria del descubrimiento. La posibilidad de utilizar esta emisión como herramienta clínica abre nuevas puertas. Según el equipo de Vahid Salari, medir la cantidad de biofotones que un cuerpo emite podría convertirse en un sistema de monitoreo para detectar enfermedades, estados de estrés celular o incluso el deterioro general del organismo.
Imaginar un futuro en el que los médicos puedan “leer” la salud de un paciente en base a la luz que su cuerpo genera ya no parece ciencia ficción. Morir, entonces, ya no sería solo un hecho final, sino un punto de inflexión visible en los datos. Y si ese momento se puede observar, también se podría anticipar, dándonos una nueva herramienta para prolongar y mejorar la vida. En definitiva, este hallazgo vuelve a recordarnos que incluso en lo invisible, la vida brilla hasta que morir lo apaga.