La estafa por WhatsApp bajo el pretexto de un hijo en apuros, con el mensaje inicial de «Hola, soy tu hijo, he perdido el móvil», se ha convertido en una auténtica pesadilla para cientos de familias en España, un auténtico quebradero de cabeza que vacía bolsillos y destroza confianzas. No es solo un simple timo, sino una elaborada ingeniería social que explota uno de los lazos más sagrados y vulnerables: el amor incondicional de un padre o una madre hacia sus vástagos. Los ciberdelincuentes no descansan, y su creatividad para el mal no tiene límites, adaptando sus métodos a las nuevas tecnologías y a la velocidad de la comunicación instantánea, aprovechándose de la buena fe de las personas.
La urgencia que transmiten estos mensajes, la aparente necesidad inmediata de ayuda, es lo que empuja a muchas víctimas a actuar sin apenas reflexionar, sin la pausa necesaria para discernir si lo que se les presenta es real o un engaño. Este tipo de fraude no solo genera pérdidas económicas significativas, sino que también deja una profunda huella de angustia y frustración en quienes lo padecen, haciendo que se sientan vulnerables y traicionados por una de las herramientas de comunicación más utilizadas en su día a día. Es imperativo comprender la mecánica de esta amenaza para poder protegernos y proteger a nuestros seres queridos de caer en sus redes.
4SEÑALES DE ALARMA: CLAVES PARA NO CAER EN LA TRAMPA

Detectar a tiempo una estafa por WhatsApp como esta es crucial para evitar caer en sus redes, y para ello es fundamental prestar atención a ciertas señales de alarma que, aunque sutiles, pueden revelar el engaño. La primera y más evidente es la recepción de un mensaje de un número desconocido que afirma ser un familiar, especialmente un hijo o hija, alegando haber perdido su teléfono. Cualquier petición de dinero urgente desde un número no habitual debe encender todas las alarmas, pues es el modus operandi por excelencia de este tipo de fraudes que se aprovechan de la confianza familiar.
Otra señal significativa es la insistencia en la urgencia del pago y la imposibilidad de hablar por teléfono, ya que el «hijo» alegará que su nuevo número no tiene saldo para llamadas o que el micrófono no funciona. La falta de detalles personales específicos que solo el verdadero hijo conocería, o una forma de expresión inusual, también son indicativos de que algo no anda bien. Es vital recordar que la verificación es el mejor antídoto contra el engaño, y ante cualquier duda, la regla de oro es contactar directamente con el familiar a través de un número conocido o persona de confianza, incluso si eso implica un pequeño retraso en la supuesta ayuda requerida. De esta forma, la estafa por WhatsApp se puede evitar.