jueves, 12 junio 2025

¿Por qué el Brent ya ha retrocedido a niveles previos a la guerra en Ucrania?

El precio del petróleo Brent, referencia clave para los mercados energéticos globales, ha vuelto a situarse en los niveles que registraba antes del inicio de la guerra en Ucrania. Este movimiento, que podría parecer contradictorio en un contexto todavía marcado por tensiones geopolíticas, responde a una combinación de factores económicos, técnicos y políticos que han reducido la presión alcista sobre el crudo.

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Desde principios de 2025, la cotización del petróleo Brent ha registrado una caída significativa, impulsada por la debilidad en la demanda global y el aumento sostenido de la producción. A esto se suman las tensiones comerciales, lideradas por la política arancelaria de Estados Unidos, que han contribuido a moderar las expectativas sobre el crecimiento económico mundial.

La caída de la demanda mundial de petróleo

Uno de los principales motores del retroceso en el precio del Brent ha sido la disminución de la demanda global de crudo. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), durante el primer trimestre de 2025 la demanda cayó en 990 mil barriles diarios. Para el segundo trimestre, se prevé una disminución adicional de 650 mil barriles diarios.

Esta tendencia bajista refleja una desaceleración del consumo, especialmente en economías desarrolladas y en sectores clave como el transporte y la industria pesada. Además, la creciente eficiencia energética y el avance de las energías renovables están modificando la dinámica del mercado, reduciendo la dependencia estructural del petróleo.

Aumento de la producción y presión sobre el mercado

El descenso del Brent también está relacionado con el fuerte incremento de la producción global de petróleo. Las proyecciones para este año apuntan a un crecimiento de 1,6 millones de barriles diarios, con un volumen medio de 104,6 millones de barriles por día. Para 2026, se prevé un aumento adicional de 970 mil barriles.

Los países fuera de la alianza OPEP+ lideran este crecimiento. Estados Unidos, Brasil y Canadá están impulsando su capacidad extractiva, lo que ha generado una oferta más competitiva. Solo en 2025, estos países añadirán 1,3 millones de barriles diarios, mientras que la propia OPEP+ sumará 310 mil barriles.

Este exceso de oferta, combinado con una demanda débil, ha creado un escenario de sobreabastecimiento que presiona a la baja los precios.

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Impacto de las tensiones comerciales globales

Las políticas proteccionistas impulsadas por la administración Trump también han contribuido al descenso del Brent. La imposición de nuevos aranceles a productos chinos, que en algunos casos alcanzan el 145%, ha agitado los mercados y debilitado la confianza en la estabilidad comercial internacional.

Esta tensión ha reducido las previsiones de crecimiento económico global, lo que impacta directamente en la demanda de energía. En este contexto, el Brent llegó a caer más de 20 dólares desde su pico anual, alcanzando un mínimo de 58 dólares por barril, una cifra que no se registraba desde hacía cuatro años.

Acuerdos comerciales y señales de estabilización

Pese a la presión bajista, el mercado ha recibido algunas señales de alivio. El pasado 8 de mayo, Estados Unidos y el Reino Unido firmaron un acuerdo comercial que generó optimismo en los mercados. Pocos días después, el 12 de mayo, se anunció una suspensión temporal de los aranceles recíprocos entre varias potencias, lo que contribuyó a estabilizar la cotización del crudo.

Si Estados Unidos y China logran avanzar hacia un acuerdo estructural, el Brent podría recuperar parte del terreno perdido. Además, otros commodities estratégicos como el gas natural o los metales industriales también se verían beneficiados.

Perspectivas para el precio del Brent en 2025 y 2026

La Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos estima que el precio promedio del Brent será de 66 dólares por barril en 2025 y de 59 dólares en 2026. Estos valores consolidan el escenario de normalización, alejado de los máximos provocados por la guerra en Ucrania.

Por otro lado, la producción estadounidense seguirá al alza, con 13,4 millones de barriles diarios este año y 13,5 millones en el próximo. Esta expansión se da en un contexto de crecimiento económico moderado, con previsiones del 1,5% en 2025 y 1,6% en 2026, lo que sugiere una demanda contenida.

La estrategia energética estadounidense y su influencia global

El gobierno de Estados Unidos ha dejado claro que su prioridad es mantener precios bajos del petróleo como una forma de controlar la inflación. Esta estrategia influye en las decisiones sobre producción, en la política exterior energética y en las relaciones con organismos como la OPEP.

En este escenario, el aumento de la producción y la presión sobre otros productores para que no recorten demasiado la oferta se convierten en herramientas clave para mantener el mercado equilibrado, o incluso ligeramente sobreabastecido.

A corto plazo, todo dependerá de la evolución de las negociaciones internacionales y del equilibrio entre oferta y demanda. Pero si algo ha quedado claro en lo que va de 2025, es que el mercado del petróleo ha entrado en una nueva etapa de alta volatilidad y cambios estructurales.

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