La Thermomix se ha convertido en un electrodoméstico casi imprescindible en muchas cocinas españolas, y no es para menos cuando se trata de preparar recetas tradicionales con un toque de modernidad y, sobre todo, con una facilidad pasmosa. El salmorejo cordobés, esa joya de nuestra gastronomía, puede parecer sencillo, pero lograr la textura perfecta, ese equilibrio entre cremosidad y ligereza, tiene su aquel. Muchos se rinden ante la dificultad de conseguir un resultado de restaurante en casa, pero la solución puede estar más cerca de lo que imaginan, justo en su encimera.
La promesa de un salmorejo sublime, con una finura que acaricia el paladar y una cremosidad que envuelve cada bocado, es una tentación difícil de resistir, especialmente cuando se puede alcanzar en apenas cinco minutos. Olvídese de batidoras que salpican, de texturas que no convencen o de horas perdidas intentando emular la receta de la abuela. Hoy, la tecnología se pone al servicio de la tradición para ofrecer una versión del salmorejo cordobés que no solo respeta su esencia, sino que la eleva a una nueva categoría de perfección, dejando claro que lo imposible, a veces, solo tarda un poco más en llegar o, en este caso, se consigue con el aliado adecuado.
2SALMOREJO CORDOBES, LOS INGREDIENTES ESTRELLA: CALIDAD ANTE TODO PARA UN SALMOREJO CON THERMOMIX DE DIEZ

Aunque la máquina ayude, la base de un salmorejo excepcional reside, ineludiblemente, en la calidad de sus componentes. Unos tomates maduros, carnosos y llenos de sabor son el alma de la receta; preferiblemente de pera o rama, por su equilibrio entre acidez y dulzor y su menor cantidad de agua. El pan, otro pilar fundamental, debe ser de miga consistente, preferiblemente pan de telera cordobesa o, en su defecto, un buen pan candeal del día anterior, que aportará la textura y el cuerpo necesarios sin restar protagonismo al tomate. Un buen aceite de oliva virgen extra, con carácter pero sin que resulte invasivo, será el encargado de emulsionar y dar brillo, mientras que un diente de ajo, usado con mesura, aportará ese punto de alegría imprescindible.
La sal, por supuesto, es crucial para realzar todos los sabores, y su cantidad deberá ajustarse al gusto personal y a la acidez de los tomates. Algunos puristas defienden la ausencia de vinagre en el auténtico salmorejo cordobés, mientras que otros admiten unas gotas para equilibrar, siendo esta una decisión que queda al criterio del cocinero. Lo que es indudable es que, al utilizar la Thermomix, la finura de la trituración permite que estos ingredientes, por sencillos que parezcan, se fusionen de una manera tan íntima que el resultado es una sinfonía de sabores y texturas, donde cada elemento brilla con luz propia.