Esa lavadora que tienes en casa, ese electrodoméstico aparentemente sencillo cuya principal misión es dejar tu ropa limpia, esconde un secreto que podría revolucionar una de las tareas domésticas más tediosas y, para muchos, odiadas: la plancha. Imagina sacar tus prendas del tambor no solo impolutas y con buen olor, sino también con una reducción tan significativa de arrugas que la tabla de planchar podría empezar a acumular polvo en un rincón. Un sueño para algunos, pero una posibilidad muy real gracias a un botón o función que muchas veces pasa desapercibido.
La promesa es tentadora: invertir unos segundos en seleccionar la opción adecuada antes de iniciar el ciclo de lavado podría ahorrarte horas de esfuerzo posterior, además de energía y, por qué no decirlo, algo de frustración. No se trata de un truco de magia, sino de aprovechar la tecnología que ya incorporan muchos modelos de lavadora modernos, una funcionalidad diseñada específicamente para facilitarnos la vida y mejorar el cuidado de nuestra ropa. Prepárense para descubrir cómo convertir su colada en una tarea mucho más llevadera y eficiente.
3GUÍA PRÁCTICA: CÓMO Y CUÁNDO APRETAR EL BOTÓN MILAGROSO

Utilizar esta función es, en la mayoría de los casos, extremadamente sencillo. Suele ser un botón adicional que se puede activar junto con el programa de lavado principal que elijas (algodón, sintéticos, delicados), o bien puede constituir un programa específico en sí mismo. Lo ideal es consultar el manual de tu lavadora para identificarlo correctamente, pero una vez localizado, su uso es tan simple como pulsarlo antes de dar inicio al ciclo. Algunos modelos permiten ajustar la intensidad de esta función.
Para obtener los mejores resultados, es recomendable no sobrecargar el tambor de la lavadora. Cuando la ropa tiene más espacio para moverse libremente, las arrugas tienden a formarse menos. Además, es crucial sacar las prendas de la lavadora tan pronto como termine el ciclo y esta función antiarrugas haya concluido su trabajo. Tenderlas o colgarlas en perchas inmediatamente, estirándolas suavemente con las manos, potenciará el efecto y en muchos casos hará innecesario el planchado, especialmente en tejidos como el algodón, el lino o ciertas mezclas sintéticas.