Menorca, esa perla balear que brilla con luz propia en el Mediterráneo, esconde rincones donde el paraíso no exige un desembolso astronómico, desmintiendo la creencia popular de que disfrutar de sus aguas turquesas y arenas blancas es un lujo solo al alcance de unos pocos. Lejos del bullicio y los precios más inflados de los núcleos turísticos más conocidos, existe una Menorca auténtica y accesible, esperando a ser descubierta por aquellos viajeros que buscan una experiencia más genuina y, por qué no decirlo, más amable con el bolsillo. Explorar estos enclaves es sumergirse en la verdadera esencia de la isla.
La clave reside en desviar la mirada de los focos habituales como Ciutadella o Mahón, y aventurarse hacia localidades más pequeñas, pero no por ello menos encantadoras, que sirven de puerta de entrada a calas espectaculares y mucho menos transitadas. En este sentido, pueblos como Es Migjorn Gran se erigen como auténticos tesoros, ofreciendo una combinación perfecta de tranquilidad, belleza natural y, crucialmente, precios más contenidos. Esta alternativa no solo promete un respiro para la cartera, sino también una conexión más íntima con el paisaje y la cultura de Menorca.
3UN VIAJE A LA MENORCA INTERIOR: QUÉ OFRECE ES MIGJORN MÁS ALLÁ DE SUS CALAS
Aunque el principal reclamo sean sus calas cercanas, Es Migjorn Gran ofrece mucho más al visitante curioso que decide adentrarse en sus encantos. El pueblo en sí es un ejemplo de la arquitectura tradicional de Menorca, con su iglesia imponente y sus plazas tranquilas donde los locales se reúnen. Perderse por sus callejuelas es una delicia, descubriendo pequeños comercios y bares auténticos donde degustar la gastronomía local sin artificios ni precios inflados.
Además, su ubicación central en la isla de Menorca lo convierte en un excelente punto de partida para explorar otras zonas del interior, ricas en yacimientos prehistóricos como la Cova des Coloms, conocida como «la Catedral» por sus impresionantes dimensiones. La cultura y las tradiciones también tienen un peso importante, con festividades locales que muestran el folclore y el carácter acogedor de sus gentes. Esta faceta cultural enriquece enormemente la visita, ofreciendo una visión más completa de la diversidad de Menorca.
