Las croquetas, ese bocado celestial que evoca recuerdos de la cocina de la abuela y preside mesas en celebraciones y bares de toda España, pueden pasar de ser una delicia a una pequeña frustración culinaria cuando, tras un esmerado proceso de congelación, terminan rompiéndose al contacto con el aceite caliente. Todos hemos soñado con tener un arsenal de estas delicias caseras listas para cualquier ocasión, pero el temor a ese desastre en la sartén a menudo frena nuestras ambiciones.
La buena noticia es que existe un camino, un conjunto de prácticas y pequeños secretos, para asegurar que tus croquetas congeladas mantengan su integridad y resulten tan perfectas como recién hechas. No se trata de magia, sino de comprender los procesos que intervienen y aplicar técnicas contrastadas que transformarán tu experiencia. Dominar el arte de congelar y freír croquetas sin contratiempos está al alcance de cualquiera que desee disfrutar de este manjar sin sorpresas desagradables, garantizando un resultado crujiente por fuera y cremoso por dentro.
5LA FRITURA DEFINITIVA: EL MOMENTO CUMBRE DE TUS CROQUETAS CONGELADAS

Llegamos al momento de la verdad: la fritura de las croquetas congeladas. Aquí, la temperatura del aceite es primordial. Debe estar caliente, alrededor de 175-180°C, pero no humeante, ya que un aceite excesivamente caliente las doraría muy rápido por fuera, dejando el interior frío o, peor aún, provocando una expansión brusca del vapor interno que las haría estallar. Es preferible freírlas directamente del congelador, sin descongelar previamente, para evitar que se ablanden y pierdan forma.
No hay que sobrecargar la sartén o freidora; es mejor freír las croquetas en tandas pequeñas para que la temperatura del aceite no baje demasiado y puedan moverse con libertad. Una vez en el aceite, hay que dejarlas unos instantes sin moverlas para que se forme una costra inicial, y luego girarlas con delicadeza para que se doren de manera uniforme por todos lados. Cuando estén doradas y crujientes, se retiran y se colocan sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa, listas para ser devoradas. Siguiendo estos pasos, tus croquetas congeladas serán siempre un éxito.