viernes, 4 julio 2025

Si trabajas desde casa, estos son los 5 gastos que te puedes desgravar y que probablemente estás pagando de tu bolsillo

El teletrabajo ha supuesto una revolución en la forma de entender la actividad laboral para muchos españoles, pero también ha traído consigo una nueva realidad en cuanto a los gastos que se asumen directamente desde el hogar. Con la oficina instalada en casa, son varios los costes que antes corrían por cuenta de la empresa y que ahora, en muchos casos, recaen sobre el bolsillo del trabajador, aunque no siempre se es consciente de que una parte de ellos podrían ser deducibles. Conocer estas posibilidades es fundamental para no pagar de más y optimizar la declaración de la renta.

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La Agencia Tributaria contempla ciertos supuestos en los que los trabajadores por cuenta propia, y en algunos casos específicos también los asalariados bajo acuerdos concretos con sus empresas, pueden desgravarse una porción de esos gastos domésticos directamente vinculados a su actividad profesional. Identificar correctamente cuáles son estos desembolsos y cómo justificarlos adecuadamente es el primer paso, para aliviar la carga fiscal y recuperar una parte de lo invertido en el desarrollo del trabajo desde el domicilio particular. Se trata de una información valiosa que puede suponer un ahorro considerable al final del ejercicio fiscal.

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MÁS ALLÁ DE LO OBVIO: OTROS POSIBLES GASTOS DEDUCIBLES AL TELETRABAJAR

Fuente Pexels

Además de los gastos más evidentes, existen otras partidas que, dependiendo de la naturaleza de la actividad y las circunstancias particulares, podrían ser consideradas deducibles para un autónomo que trabaja desde casa. Por ejemplo, si se requiere formación específica para el desarrollo de la actividad, los costes de dichos cursos podrían ser deducibles, así como las cuotas de colegios profesionales o seguros de responsabilidad civil directamente vinculados al ejercicio profesional. Explorar estas posibilidades puede abrir nuevas vías para optimizar la carga fiscal.

También se podría considerar una parte del seguro del hogar, en la proporción afecta a la actividad, o incluso gastos de reparación y conservación de la zona de la vivienda destinada al trabajo. La clave siempre radica en la necesidad del gasto para la obtención de ingresos y su correcta justificación documental, demostrando una correlación directa e inequívoca entre el desembolso y la actividad económica desarrollada desde el domicilio. Ante la duda, consultar con un asesor fiscal puede ser la mejor inversión para asegurarse de aplicar correctamente todas las deducciones posibles y evitar sorpresas desagradables con la Agencia Tributaria.

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