Valencia no deja de asombrar a quienes buscan algo más que playas y paella. A menos de dos horas del bullicio urbano, la Comunidad Valenciana esconde una joya natural que cada vez gana más popularidad entre los amantes del senderismo y la aventura: el paraje de los puentes colgantes de Chulilla. Esta maravilla natural, ubicada en la comarca de Los Serranos, ofrece un recorrido fascinante entre cañones esculpidos por el río Turia y desfiladeros que cortan el aliento.
Este enclave no solo se ha convertido en un lugar de peregrinación para excursionistas, sino también en un espacio ideal para quienes buscan reconectar con la naturaleza. Valencia, gracias a su diversidad geográfica, permite que en un solo día se pueda pasar del casco histórico a un paisaje de vértigo, donde el silencio solo lo rompen las aves rapaces que sobrevuelan los acantilados. Y lo mejor es que no hay necesidad de salir de la provincia.
2Conoce en esta ruta la naturaleza en su estado puro

El cañón del Turia, también conocido como el Charco Azul, es uno de los paisajes más asombrosos de la provincia de Valencia. A lo largo de la ruta, los excursionistas se internan en un desfiladero tallado durante siglos por la acción del agua. Las paredes, abruptas y colosales, dan la sensación de haber entrado en otro mundo. Esta parte del camino no solo es espectacular visualmente, sino también rica en biodiversidad.
Además del imponente paisaje geológico, la ruta ofrece pequeños tesoros naturales como fuentes escondidas, túneles excavados en la roca y miradores que invitan a detenerse a contemplar la inmensidad del cañón. Valencia, en este rincón concreto, se muestra salvaje, silenciosa y profundamente bella. Es difícil imaginar que una experiencia tan intensa esté tan cerca de la ciudad.