martes, 17 junio 2025

¡Alerta salud! Lo que los nutricionistas exigen saber antes de comer jamón serrano cada día

El atractivo del jamón serrano es innegable en España. Su sabor es parte de nuestra cultura, una tradición arraigada que acompaña nuestros momentos cotidianos, pero la idea de consumirlo cada día levanta cejas entre los expertos en nutrición. ¿Qué hay detrás de esa costumbre tan extendida? ¿!– /wp:paragraph –>

La alarma se centra en ciertos componentes que, aunque necesarios para su elaboración tradicional y seguridad, generan debate en la comunidad científica. Los nutricionistas no solo ponen el foco en la grasa o la sal inherentes a este producto, sino también en sustancias como los nitritos y nitratos, empleados para conservarlo y mantener ese apetitoso color rojo que tanto valoramos. Es crucial comprender por qué estos aditivos son relevantes cuando hablamos de un consumo que deja de ser ocasional para convertirse en un hábito.

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CONSEJOS PRÁCTICOS: CÓMO DISFRUTAR DEL JAMÓN SERRANO CON MENOS RIESGOS

Fuente: Freepik

Para el consumidor que desea seguir disfrutando del jamón serrano pero con mayor conciencia sobre los posibles riesgos asociados a un consumo elevado, la información es la herramienta más poderosa. Leer el etiquetado cuidadosamente es fundamental para identificar la presencia de aditivos como los nitritos (codificados como E-250 en la lista de ingredientes) y los nitratos (E-251 y E-252). Aunque son aditivos habituales y permitidos bajo la legislación europea, conocer su presencia permite una elección más consciente sobre la frecuencia y cantidad que se consume, así como buscar si existen alternativas en el mercado que utilicen métodos de curación distintos o con niveles significativamente reducidos de estos compuestos, aunque no es lo común en el proceso tradicional.

La medida más efectiva y al alcance de la mayoría de las personas para mitigar los posibles riesgos asociados a los nitrificantes, sin renunciar al placer de este manjar, es la moderación y la inteligencia a la hora de consumirlo. En lugar de hacer del jamón serrano un acompañamiento diario e indispensable en cada comida o tentempié, quizás disfrutar de una porción más pequeña un par de veces a la semana sea la clave para mantener el equilibrio. Además, combinar su consumo con otros alimentos, especialmente aquellos ricos en antioxidantes naturales como el tomate (en el clásico pan con tomate) o pimientos y otras verduras en una ensalada, puede ser una estrategia nutricional inteligente para reducir la formación de N-nitrosaminas en el organismo.

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