lunes, 16 junio 2025

¿Cortas tus pastillas? Los farmacéuticos desvelan el riesgo que nadie te cuenta.

La práctica de cortar o triturar pastillas es sorprendentemente común en los hogares españoles, un gesto que muchos consideran inofensivo o una simple comodidad para facilitar la ingesta. Sin embargo, lo que la mayoría desconoce son los riesgos ocultos que esta manipulación implica, advertencias que los farmacéuticos llevan tiempo transmitiendo desde sus boticas. Esta costumbre, aparentemente trivial, puede alterar drásticamente la forma en que el medicamento actúa en nuestro cuerpo, poniendo en peligro la eficacia del tratamiento y, lo que es más preocupante, nuestra salud.

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Detrás de cada pastilla hay un diseño farmacéutico complejo, pensado para liberar el principio activo de una manera específica y en un lugar determinado del organismo. Romper esa estructura, aunque parezca una solución práctica para quienes tienen dificultades para tragar, puede desbaratar por completo la absorción y distribución del fármaco. Los profesionales de la salud, especialmente los farmacéuticos, insisten en la importancia de respetar la forma farmacéutica original, un detalle crucial que, lamentablemente, a menudo pasa desapercibido para el paciente.

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LA HABITUAL MANÍA DE FRACCIONAR MEDICAMENTOS: ¿POR QUÉ LO HACEMOS?

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Es un escenario habitual en muchas casas: llega la hora de tomar una pastilla y, ante su tamaño o la dificultad para deglutirla, se opta por partirla por la mitad, machacarla o disolverla en un líquido. Las razones suelen ser la incomodidad al tragar, especialmente en personas mayores o niños, o la necesidad de ajustar una dosis basándose en una indicación médica o, peor aún, en una decisión propia. Es un acto impulsivo, una solución rápida a un problema aparente, sin pararse a pensar en las implicaciones que tiene en la formulación del medicamento.

Esta práctica, por muy extendida que esté, ignora por completo el sofisticado proceso de diseño y fabricación que hay detrás de cada comprimido o cápsula. Los farmacéuticos advierten que lo que vemos como una simple unidad es, en realidad, un sistema complejo de liberación del fármaco. Modificarlo sin conocimiento puede tener consecuencias inesperadas, invalidando el propósito terapéutico con el que fue concebido y preparado por la industria farmacéutica.

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