La práctica de cortar o triturar pastillas es sorprendentemente común en los hogares españoles, un gesto que muchos consideran inofensivo o una simple comodidad para facilitar la ingesta. Sin embargo, lo que la mayoría desconoce son los riesgos ocultos que esta manipulación implica, advertencias que los farmacéuticos llevan tiempo transmitiendo desde sus boticas. Esta costumbre, aparentemente trivial, puede alterar drásticamente la forma en que el medicamento actúa en nuestro cuerpo, poniendo en peligro la eficacia del tratamiento y, lo que es más preocupante, nuestra salud.
Detrás de cada pastilla hay un diseño farmacéutico complejo, pensado para liberar el principio activo de una manera específica y en un lugar determinado del organismo. Romper esa estructura, aunque parezca una solución práctica para quienes tienen dificultades para tragar, puede desbaratar por completo la absorción y distribución del fármaco. Los profesionales de la salud, especialmente los farmacéuticos, insisten en la importancia de respetar la forma farmacéutica original, un detalle crucial que, lamentablemente, a menudo pasa desapercibido para el paciente.
3MEDICAMENTOS INTOCABLES: CUÁLES NUNCA DEBES MANIPULAR
No todos los medicamentos se presentan en formas que puedan ser manipuladas sin riesgo. Existen categorías específicas de fármacos que, por su formulación o mecanismo de acción, jamás deben ser partidos, triturados o abiertos. Aquí entran los comprimidos de liberación modificada, ya sean retardada (liberación lenta a lo largo del tiempo), sostenida o pulsátil, cuyo diseño intrincado se basa precisamente en mantener la integridad de la matriz o el recubrimiento para garantizar la absorción controlada y evitar picos de concentración indeseados.
También son intocables las cápsulas con microgránulos, diseñadas para liberar el principio activo en diferentes momentos o lugares del intestino, así como los comprimidos con recubrimiento entérico, destinados a pasar intactos por el estómago y disolverse únicamente en el ambiente alcalino del intestino. Otros ejemplos incluyen ciertos fármacos de estrecho margen terapéutico (donde una pequeña variación en la dosis puede tener grandes consecuencias), o medicamentos irritantes para el estómago, cuya capa protectora evita daños en la mucosa gástrica, un detalle que siempre resaltan los farmacéuticos.