La intentona del Partido Popular (PP) de convertir a Miguel Lago en presentador estrella ha fracasado. El cómico gallego está patinando con ‘La noche golfa’ en Telemadrid. El estreno del programa se saldó con un buen 7,5% de share pero se ha ido hundiendo poco a poco.
«Ha sido tal el pelotazo de ‘La noche golfa’ que han tenido que tomar medidas. No ha gustado que Miguel Lago triunfe en TeleAyuso así que TeleSánchez ha contraatacado. Este viernes me han puesto a competir contra José Mota, con Florentino Fernández, Patricia Conde y Santiago Segura», comentó el excolaborador de ‘El Hormiguero’.
Posteriormente, ‘La noche golfa’ se hundió a un 3% y su presentador se puso filosófico. «¿Qué es el éxito? Yo creo que este programa tiene éxito, porque cada viernes llega a las casas de la gente y les arranca unas sonrisas. Cuando veo que hablamos de este humilde programa en los medios nacionales, eso ya lo considero un éxito objetivo», aseguró.
FRACASO EN GALICIA
La Televisión de Galicia (TVG) ha invertido 839.772 euros, sin contar impuestos, en la producción de 12 episodios del nuevo programa del humorista Miguel Lago, ‘O novo rei da comedia’, un concurso de cómicos que en realidad es una reedición de un formato que la cadena ya emitió a principios de los 2000.
Tal y como cuenta El Salto Diario, tras solo tres semanas en emisión durante el mes de marzo y con un estreno que apenas alcanzó una media de 36.000 espectadores, según SigmaDos, el programa no logró conectar con el público.

En su última emisión, registró solo un 3,4% de cuota de pantalla, quedándose por debajo de la mitad de la ya baja audiencia media del canal en ese mes, que fue del 8,1%.
ENTRENIMIENTO Y POLÍTICA
Los partidos políticos de la oposición han dejado de utilizar a los ‘Telediarios’ como su diana. Ahora el PSOE anda más preocupado por Pablo Motos que por Vicente Vallés. Y el PP echaba fuego por la boca por ‘Sálvame’.
La caída del programa fue celebrada con alborozo por la derecha mediática liderada en estas lides por Federico Jiménez Losantos, que pasó de parroquiano del programa a enemigo número 1. La izquierda mediática adoptó al ‘clan Sálvame’, que recibió una ola de solidaridad por parte de una izquierda siempre dada a mirar por encima del hombro a periodismo rosa (considerado como oxímoron por ciertas élites de la gauche divine).
Y la derecha mediática celebró el aterrizaje vespertino de Ana Rosa Quintana con el mismo entusiasmo que algunos tuiteros de izquierdas celebran cada triunfo de David Broncano contra Pablo Motos.
El giro hacia la actualidad de ‘entretenedores’ como Pablo Motos, Ana Rosa Quintana o Iker Jiménez ha incomodado a Pedro Sánchez, tal y como José María Aznar se enfadaba a finales de los 90 contra el ‘Caiga quién caiga’, ‘Las noticias del Guiñol’ o ‘Crónicas Marcianas’.
PODEMOS Y EL PP
Pablo Iglesias escribió en 2022 que un programa como el de Pablo Motos es «mucho más importante que cualquiera de los programas de La Sexta». «El target de La Sexta es una audiencia interesada en la información y la política, una audiencia progresista, muy minoritaria frente a las audiencias masivas de programas como el de Motos», añadió-
«Para un líder político, ir a un programa como ‘El Hormiguero’ es la oportunidad de llegar a sectores a los que resulta muy difícil llegar, a través de un dispositivo ideológico mucho más eficaz que los programas informativos: el entretenimiento», añadía el fundador de Podemos. El exvicepresidente del Gobierno decía que «Motos es un actor ideológico mucho más relevante incluso que figuras como Ana Rosa o Griso».
Julio Somoano, que ejercía como presentador de las ‘Telenoticias’ en la Telemadrid aguirrista y dirigió los ‘Telediarios’ en RTVE con Mariano Rajoy en el poder, presentó en 2005 su tesis ‘Estrategia de comunicación para el triunfo del Partido Popular en las próximas elecciones generales’ para el Máster en Gestión de la Comunicación Política y Electoral de la Universidad Autónoma de Barcelona.
«En la serie ‘7 vidas’, la de mayor audiencia de los domingos por la noche durante los últimos años, hay muchos protagonistas que se consideran de izquierdas», decía. Y añadía: «El único que dice que es del PP es el frutero: un hombre echado de casa por su mujer que se ha ido con otro, ignorado por sus hijos de los que no se preocupa, repudiado por las mujeres y manifiestamente misógino y xenófobo. El PP no debería dejar pasar estas formas de politizar el entretenimiento en televisión».