Las pasas son un bocado dulce que solemos encontrar en mezclas de frutos secos o como ingrediente en algunas recetas tradicionales, y también han sido durante mucho tiempo objeto de debate entre los amantes de la alimentación saludable. Aunque son calóricas y tienen un alto contenido en azúcar natural, también están cargadas de nutrientes beneficiosos que pueden apoyar una dieta equilibrada. Su origen, simplemente uvas deshidratadas, puede hacer que asumamos automáticamente que son saludables, pero como todo en nutrición, la clave está en la moderación.
Al consultar a dietistas y revisar datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se confirma que las pasas, cuando se consumen en porciones adecuadas, pueden ofrecer un importante aporte de fibra, minerales y antioxidantes. Esto las convierte en un snack funcional para quienes buscan energía rápida sin recurrir a azúcares procesados. Eso sí, conviene conocer cómo afectan realmente al cuerpo y cómo incluirlas correctamente en el día a día.
3Algunas recomendaciones de consumo

Las pasas también contienen fibra dietética, aunque en menor cantidad que otros alimentos específicos. Aun así, esa fibra actúa como prebiótico, es decir, alimenta las bacterias buenas del intestino y favorece el buen funcionamiento digestivo. Esto las convierte en una opción más saludable frente a snacks ultraprocesados, siempre que se respete la porción recomendada.
No obstante, es importante tener en cuenta su alto contenido en azúcar natural. Aunque no es azúcar añadida, sigue elevando la carga glucémica del alimento. Por eso, para quienes padecen diabetes o buscan mayor saciedad, los expertos sugieren combinar las pasas con frutos secos, yogur natural o semillas. De este modo, se ralentiza la absorción del azúcar y se obtiene un snack más equilibrado. Como en casi todo lo relacionado con la alimentación, las pasas no son ni buenas ni malas en sí, más bien, todo depende de cómo y cuánto las consumes.