jueves, 19 junio 2025

La ‘carne cultivada’ ya está aquí: he hablado con los científicos que la crean y me han contado su sabor y cuándo la encontrarás en el súper

La carne cultivada ya no es un concepto relegado a novelas de ciencia ficción o a laboratorios futuristas; está llamando a la puerta de nuestra realidad alimentaria con una fuerza cada vez mayor. Esta innovación, fruto de la agricultura celular, promete revolucionar la forma en que producimos y consumimos proteínas animales, planteando un futuro donde obtener un filete no implique necesariamente el sacrificio de un animal. La conversación sobre su sabor, su disponibilidad y, sobre todo, su viabilidad como alternativa sostenible a la ganadería tradicional, está más viva que nunca, generando tanto entusiasmo como interrogantes entre consumidores, científicos y la industria alimentaria.

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El interés por la carne cultivada se nutre de una creciente conciencia sobre el impacto ambiental de la producción cárnica convencional y de una búsqueda constante de soluciones más éticas y eficientes para alimentar a una población mundial en aumento. Los avances científicos en este campo son vertiginosos, y aunque todavía existen desafíos significativos antes de que la encontremos habitualmente en la cesta de la compra, la perspectiva de una transformación profunda en nuestros hábitos alimenticios es innegable. Lo que hasta hace poco parecía una utopía, hoy se perfila como una posibilidad tangible que podría redefinir nuestra relación con la comida.

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¿QUÉ ES EXACTAMENTE ESTA NOVEDAD Y CÓMO SE «FABRICA» EN EL LABORATORIO?

Fuente Pexels

La carne cultivada, también conocida como carne de laboratorio, carne celular o carne in vitro, es producto animal real, obtenido a partir del cultivo directo de células animales. En lugar de criar y sacrificar un animal completo para obtener sus músculos y tejidos, se extrae una pequeña muestra de células de un animal vivo, sin causarle daño significativo, y estas células se nutren y multiplican en un biorreactor, un entorno controlado que simula las condiciones óptimas para su crecimiento. Este proceso, denominado agricultura celular, permite generar tejido muscular idéntico al que encontraríamos en un corte tradicional.

El procedimiento comienza con la selección de células madre o células satélite, que tienen la capacidad de diferenciarse y formar fibras musculares. Estas células se colocan en un medio de cultivo rico en nutrientes, que incluye aminoácidos, vitaminas, minerales y factores de crecimiento, elementos esenciales que permiten su proliferación hasta formar hebras de músculo que, posteriormente, se pueden ensamblar para crear porciones más grandes de carne cultivada. El resultado es un producto que, a nivel celular y nutricional, es comparable a la carne convencional, pero generado mediante un método completamente diferente y potencialmente más sostenible.

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