El mal aliento, especialmente por la mañana, es una molestia común a la que muchos restan importancia. Al fin y al cabo, es habitual despertarse con la boca seca y con un aliento no precisamente fresco, sobre todo si se ha dormido con la boca abierta. Sin embargo, la divulgadora científica Boticaria García advierte que no siempre se trata de algo inocente, ya que en ciertos casos, el mal aliento puede ser un síntoma temprano de enfermedades más serias y prevalentes, como la diabetes o patologías renales y hepáticas.
Lo primero que debemos considerar ante el mal aliento es si nuestra higiene bucodental es adecuada. Cepillarse bien los dientes, usar hilo dental y enjuague bucal son medidas básicas que a menudo se descuidan. Pero si el mal aliento persiste incluso con una limpieza correcta, entonces es momento de prestar más atención. Según Boticaria García, es posible que ese aliento desagradable esté intentando alertarnos de algo más profundo en nuestro organismo.
1El mal aliento y su origen más frecuente

El mal aliento suele tener su origen, en la mayoría de los casos, en la propia cavidad oral. Caries ocultas, infecciones dentales o encías inflamadas son algunas de las causas más frecuentes, aunque pasen desapercibidas. Boticaria García insiste en que muchas personas no son conscientes de que la enfermedad periodontal puede generar halitosis persistente, acompañada de sangrado, dolor y, en fases avanzadas, incluso pérdida de piezas dentales.
Otra causa habitual del mal aliento es la xerostomía, es decir, la sequedad bucal. La falta de saliva impide una limpieza natural de la boca y favorece el crecimiento de bacterias. Dormir con la boca abierta o ciertos medicamentos pueden provocar este descenso en la producción salival, acentuando el problema. Por ello, cuidar la hidratación y visitar al dentista regularmente son medidas clave para combatirlo desde su raíz.