La implicación de Santos Cerdán en el caso Koldo no parece estar lastrando ni un milímetro la determinación de Pedro Sánchez de seguir al frente del PSOE, agotar la legislatura y tener intención de presentarse a la reelección en la primavera de 2027.
Pero la implicación de Cerdán, mano derecha del presidente, ha motivado que incluso entre los fieles al presidente del Gobierno comience a visualizarse la era post-Sánchez en el PSOE. En este contexto, Óscar Puente (por sus apoyos entre la militancia) y Salvador Illa (que cuenta con la mejor imagen socialista gracias a sus etapas al frente del Ministerio de Sanidad y la Generalitat de Catalunya) emergen como los dos principales valores a la hora de relevar a Sánchez.
En la terna también figuran la exsanchista Adriana Lastra o Juan Lobato, que se está dejando querer como candidato felipista gracias al apoyo subterráneo que le brindan el presidente castellano-manchego y ‘último susanista vivo’ Emiliano García-Page, y editores como Mauricio Casals.
EL ESCUDERO PUENTE
Entre todos, el que más proyección ha ganado en los últimos tiempos ha sido Óscar Puente, ministro de Transportes y exalcalde de Valladolid. Su perfil combativo, directo y sin filtros le ha convertido en el portavoz oficioso del ala dura del PSOE. Su presencia mediática ha sido constante, y ha sabido capitalizar el enfado de la militancia y de buena parte de los votantes socialistas ante los ataques de la derecha, ofreciendo una respuesta enérgica y, en algunos casos, maleducada.

Puente no es solo un fogoso parlamentario, sino también un político de gestión con experiencia municipal y buena relación con los cuadros medios del partido. Ha sido uno de los pocos capaces de mantener el tipo en los momentos más tensos e incluso aparece en las quinielas para convertirse en el nuevo secretario de Organización.
SERENIDAD
Mientras Puente conecta con las bases más movilizadas, el president de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, proyecta una imagen de moderación, institucionalidad y solvencia técnica.
Su estilo tranquilo contrasta con el del ministro de Transportes, pero ambos se complementan como caras de un PSOE que busca recuperar pluralidad interna tras años de hiperliderazgo. Illa ha capitalizado la victoria del PSC en las elecciones catalanas de 2024, donde logró una mayoría clara.
Su potencial como presidente de la Generalitat lo coloca en una posición de enorme relevancia para el partido. Illa representa un PSOE que gana desde el centro, con respeto institucional y sin estridencias, algo que muchos en Ferraz consideran imprescindible para reconstruir puentes con sectores sociales moderados.
LASTRA O LOBATO
En este reordenamiento, hay también lugar para los que supieron retirarse a tiempo. Adriana Lastra, exvicesecretaria general, vuelve a sonar con fuerza en los entornos del Congreso. Su regreso a la primera plana se ha producido con la intención de desquitarse de las fricciones que sufrió con Cerdán.
La experiencia de la actual delegada del Gobierno en Asturias en las costuras internas del PSOE le da autoridad, y ahora su discurso está más orientado al tejido social, a la cohesión territorial y a recuperar puentes con sectores de izquierda que se han alejado. Juan Lobato, por su parte, quiere volver a la primera línea tras dimitir como secretario general del PSOE madrileño.
El hoy senador y parlamentario autonómico está moviendo sus hilos con la intención de tener voz en una eventual nueva etapa socialista.
UN PSOE EN RECONSTRUCCIÓN
El caso Koldo no solo ha provocado un daño reputacional al Gobierno, sino que ha acelerado un movimiento de tierras en Ferraz. Aunque Pedro Sánchez sigue al frente y mantiene un apoyo muy mayoritario entre la militancia, cada vez es más evidente que el PSOE se está reorganizando para un futuro sin él.