La DGT y sus normativas siempre generan un considerable revuelo entre los conductores, especialmente cuando se tocan costumbres tan arraigadas como la de mantener el aire acondicionado encendido con el coche detenido, buscando un respiro del calor sofocante o del frío intenso. Sin embargo, este gesto aparentemente inofensivo puede acarrear una sanción económica inesperada, un «multazo» que muchos desconocen y que se basa en la necesidad de proteger tanto los bienes como el medioambiente. Conocer los detalles de esta posible infracción es crucial para evitar sorpresas desagradables y comprender la lógica detrás de la actuación de las autoridades.
La noticia de que te pueden multar por tener el motor en marcha en una parada prolongada, simplemente para disfrutar del climatizador, puede sonar a leyenda urbana, pero tiene una base real que la DGT y otras administraciones aplican. El quid de la cuestión radica en el tiempo y en la justificación de mantener el vehículo encendido, pudiendo la sanción alcanzar los 100 euros si se demuestra una inactividad prolongada, como el superar los 120 minutos, bajo el paraguas de causar daños innecesarios. Este «fallo tonto», como muchos podrían calificarlo, pone de manifiesto la importancia de estar al día con las regulaciones.
5MÁS ALLÁ DE LA MULTA: EL IMPACTO AMBIENTAL DE UN GESTO COTIDIANO Y LA VISIÓN DE LA DGT

El verdadero trasfondo de este tipo de normativas y sanciones que la DGT supervisa va más allá de la mera recaudación; busca fomentar una mayor conciencia cívica y medioambiental entre los conductores. Mantener el motor encendido innecesariamente no solo consume recursos de forma ineficiente, sino que también libera a la atmósfera gases contaminantes como dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas, que tienen un impacto directo en la calidad del aire y en la salud pública. Además, el ruido generado por los motores al ralentí contribuye a la contaminación acústica, un problema creciente en las ciudades que afecta al bienestar de sus habitantes.
La visión de la DGT y de las administraciones competentes es promover una movilidad más sostenible y responsable. La sanción por tener el aire acondicionado con el coche quieto y el motor en marcha es un ejemplo de cómo pequeños gestos cotidianos, multiplicados por millones de conductores, pueden tener consecuencias significativas. El objetivo final es incentivar un cambio de hábitos, alentando a los ciudadanos a considerar el impacto de sus acciones y a adoptar prácticas más respetuosas con el medio ambiente y con la convivencia. Estas medidas, aunque a veces impopulares, son pasos necesarios hacia un futuro donde la movilidad y la preservación del entorno puedan coexistir de manera más armoniosa, un desafío constante para la DGT y la sociedad en su conjunto.