La OCU ha lanzado una alerta que sacude los hábitos más arraigados de los conductores españoles. Esa acción casi automática que realizamos en la gasolinera, ese ritual de parar, abrir el depósito y seleccionar el combustible, podría estar costándonos más dinero del que pensamos. No hablamos de la fluctuación de precios o de la diferencia entre estaciones de servicio, sino de un detalle sutil, una pequeña omisión que, sumada a miles de operaciones diarias, se convierte en un pellizco considerable para el bolsillo del ciudadano y en una práctica que, pese a su aparente inocuidad, merece ser examinada de cerca por su impacto directo en la cartera del consumidor.
Esta advertencia de la OCU pone el foco en la confianza ciega que depositamos en el proceso de repostaje. Estamos acostumbrados a que todo funcione correctamente, a que el surtidor marque lo que debe y a que el cobro sea exacto. Sin embargo, la prisa, el despiste o, simplemente, la falta de costumbre nos llevan a pasar por alto un paso fundamental antes de empezar a llenar el tanque. Es un descuido mínimo en apariencia, pero que abre la puerta a posibles errores o irregularidades que terminamos pagando sin siquiera darnos cuenta, minando esa confianza que debería ser la base de cualquier transacción comercial y evidenciando la necesidad de estar siempre vigilantes, incluso en las tareas más cotidianas.
3¿POR QUÉ ESTA PRÁCTICA TE HACE PAGAR MÁS?

La explicación de por qué no verificar el contador a cero te hace pagar más es sencilla y directa. Si el contador no empieza en cero, sino, por ejemplo, en 0.03, al terminar de repostar 40 litros, el surtidor marcará 40.03 litros. Se te cobrará la cantidad total marcada, es decir, el precio de 40.03 litros, aunque tu depósito solo haya recibido 40 litros reales. Esa pequeña diferencia de 0.03 litros, multiplicada por el precio del combustible por litro, se convierte en un pequeño extra que estás pagando de más en esa operación particular, un pago por un producto que no has consumido en ese repostaje.
Puede parecer una cantidad insignificante en una única transacción. Unos pocos céntimos, quizás. Sin embargo, si esta situación se repite, ya sea en la misma gasolinera o en diferentes estaciones que puedan presentar este problema, y considerando la frecuencia con la que repostamos a lo largo del año, la suma de esos pequeños «extras» empieza a ser relevante. La advertencia de la OCU no se centra en el fraude masivo, sino en la acumulación de pequeñas pérdidas para el consumidor derivadas de una supervisión insuficiente y de la asunción de que todo funciona siempre a la perfección, subrayando la importancia de no dar por sentado que el proceso es infalible y de adoptar una actitud proactiva en la protección de nuestro dinero.