‘Supervivientes 2025’ ha llegado a su fin, pero el debate final no ha estado exento de sorpresas, ausencias llamativas y confesiones inesperadas. Aunque todos los ojos estaban puestos en Anita Williams, la cuarta finalista del concurso, la gran noticia de la noche fue la ausencia de Montoya, el tercer clasificado. Su silla vacía generó más comentarios que muchas de las intervenciones en plató, y es que el exconcursante decidió no asistir por una recomendación médica que ha encendido las alarmas entre los seguidores del programa.
Montoya, conocido por su paso previo por ‘La isla de las tentaciones’, no ha podido gestionar emocionalmente todo lo que ha supuesto encadenar dos realities y vivir bajo el foco mediático. Así lo explicó Carlos Sobera en directo, aclarando que el joven de Utrera necesitaba tomar distancia y cuidar su salud mental. La presión, la exposición constante y los conflictos personales parecen haberle pasado factura, y su decisión de no acudir ha sido entendida como un gesto de protección personal.
3Un cierre emocional que se da después de una edición intensa

Con el debate final de ‘Supervivientes 2025’, se cierra una edición especialmente cargada de emociones, tensiones y relaciones complejas. La ausencia de Montoya ha sido el gran símbolo de cómo el formato, más allá del entretenimiento, puede remover mucho a nivel personal. Tanto él como Anita han terminado esta aventura desde lugares muy diferentes, pero unidos por la misma necesidad de parar, cuidar su salud mental y recuperar la calma tras meses intensos de exposición.
Ahora, queda ver si en futuras entregas del reality se pondrá mayor atención en el acompañamiento emocional a los concursantes, tanto dentro como fuera del programa. Porque ‘Supervivientes’, más que una prueba física, es también un desafío psicológico. Y como ha quedado demostrado, no todos están preparados para gestionar lo que viene después del último “conexión Honduras”.